CADA PERSONA TIENE SU HISTORIA
Cada uno de nosotros, a lo largo de este
camino que es la vida, atraviesa momentos, vive experiencias y se encuentra con
personas, que inevitablemente dejaran huella en alguna parte de nosotros.
Todo cuanto acontece, matiza nuestra
experiencia y nuestro sentir de la manera que sea, a veces intensamente y otras
tan solo de pasada; a veces conscientemente y otras sin darnos cuenta… nos dan
luces y sombras, y también tonos a medias…
Por eso, cuando a veces observamos a alguien y pensamos que tiene un
comportamiento inesperado o inexplicable, ¿de qué nos sirve darle nuestra
interpretación o nuestro sentido?
Nosotros tan solo lo entenderemos desde
nuestra visión, que no es más que aquella que se compone de nuestras
experiencias y vivencias, pero ¿qué sabemos acerca del otro?, ¿qué sabemos de
su sentir?
Si ya de por sí es complicado adentrarse en las
profundidades de uno mismo e intentar conocerse, cómo vamos a saber cuáles son
las intenciones o motivaciones de los demás, o cómo esa persona está viviendo
esa situación. Nos pasamos media vida intentando averiguarlas, y casi la otra
media, juzgando sus comportamientos, como si no tuviéramos suficiente con
hacernos cargo de nosotros mismos.
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