Los hijos y las tareas domésticas
Con lo fácil que era antes, ni siquiera tenías que pedírselo: en cuanto tu
pequeño te veía con el trapo en la mano corría a ayudarte, y es que le
encantaba imitarte. Ahora se le ocurren mil cosas mejores antes que sacar los
platos del lavavajillas. Imitar
ciertas conductas ya no tiene aliciente, sin embargo, ahora puedes convencerle
de otras maneras: tu hijo ha madurado mucho en su capacidad de reflexión y
comprensión.
Es importante que tu hijo colabore en
las tareas domésticas, no sólo porque os descargue de algo de trabajo
sino, sobre todo, porque es bueno para su desarrollo psicosocial. Si quieres
que el día de mañana sea una persona más responsable, debe empezar por responsabilizarse
de sus pequeñas obligaciones en la casa. Es frecuente oír a muchas familias que
sus hijos adolescentes no contribuyen nada en los trabajos domésticos.
Pero también es frecuente oír, cuando los niños todavía son pequeños, “ya le tocará hacerlo
cuando sea mayor” y ver cómo sus padres
hacen todas las tareas sin exigirles nada.
Si un niño nunca ha tenido que colaborar en casa, no
se puede pretender que con 13 años empiece a hacerlo de forma espontánea. La
colaboración y el sentido de la obligación es algo que hay que fomentar
desde que son pequeñitos.
Cómo contribuye a su desarrollo personal
§
Responsabilidad: Al depender de ellos ciertos aspectos
del buen funcionamiento de la casa su sentido de la responsabilidad aumenta.
§
Independencia: Al no darles todo hecho estamos contribuyendo
a que maduren y sean más autónomos.
§
Autoestima: Ver que en casa se les confían
trabajos que contribuyen al bienestar de toda la familia puede ser muy
gratificante, incluso aunque suponga un esfuerzo.
§
Adaptación social: Adquirir cierto compromiso con las
tareas del hogar cuando aún son pequeños les ayudará más tarde a incorporarse a
una sociedad en la que hay que trabajar, tanto fuera como dentro del hogar.
§
Valoración del trabajo: Al aportar su
granito de arena comprenden mejor el esfuerzo y la importancia del trabajo de
los demás.
§
Cooperación: En el hogar se pueden aprender muy
bien las ventajas de colaborar; trabajando todos en equipo las cosas salen
mejor y se terminan antes.
Cómo hacer para que colabore
Razonar, negociar y motivar son las estrategias
claves para conseguir que tu hijo colabore en las obligaciones
domésticas.
Explícale por qué debe ayudaros, hazle ver las ventajas de que participe
en los trabajos de casa. Por ejemplo, si te ayuda a guardar la ropa en los
armarios, terminaréis antes y podrás jugar con él a lo que quiera. Ésta es
también una forma de motivarle; colaborando entre todos las obligaciones se
resuelven más rápido y hay más tiempo para dedicar a actividades familiares de
ocio.
Vuestra actitud cuenta muchísimo:
§
Cuando le pidas algo, déjale un tiempo razonable para cumplirlo.
Si está enfrascado en una actividad, espera a que la termine. Así verá que
respetas sus intereses y no estará tan inclinado a rebelarse contra tu
petición.
§
Valora sus intentos y su buena disposición más que sus resultados. Si no ha
dejado la habitación tan limpia como esperabas pero lo ha intentado felicítale
por ello.
§
Deja que solucione él solo las pequeñas dificultades que se le presenten.
Si haces las cosas por él por que a ti te salen mejor terminará por pensar: “para que voy a esforzarme
si ya hay quien lo hace por mí”.
§
En casa no se debe hablar de las tareas domésticas como algo
desagradable pues podrían ser interpretadas como una forma de castigo.
¿Se deben recompensar las tareas domésticas?
Colaborar es una regla de convivencia. Todos los miembros de
una familia deben contribuir al buen funcionamiento del hogar. Hay muchas cosas
que los hijos pueden hacer sin que deban por ello esperar más que el
respeto y el cariño de sus padres. Encargarse de sus propias cosas debe ser
la principal tarea doméstica de cualquier hijo como hacer la cama y
mantener el cuarto ordenado. Pero hay otras muchas cosas en las que puede
colaborar en función de su edad como regar las plantas, poner y recoger la
mesa, limpiar, sacar la basura, participar en la compra y en la cocina, etc.
Siempre hay que tener en cuenta las circunstancias,
nunca debemos olvidar que su principal obligación son las tareas escolares
y son a las que debe dedicar verdadera atención. Y debemos tener en cuenta que
los niños necesitan tiempo para jugar. A veces los padres interpretan
las actividades extraescolares como tiempo de ocio mientras que para el niño
son auténticas obligaciones.
Es fundamental que las tareas domésticas se compensen en su justa medida
con las obligaciones escolares y extraescolares dejando un amplio margen de
tiempo libre y puramente lúdico para que el niño lo dedique a sus aficiones.
Aunque ayudar en casa sea una responsabilidad más,
existen excepciones en las que se puede recompensar, por ejemplo, cuando se le
pide un trabajo especial como pintar la valla del jardín. De esta forma se
incentiva su trabajo y se le demuestra que también sabemos valorar cuándo está
haciendo un esfuerzo extra.
¿Quién hace qué en casa?
El hogar es hoy por hoy el principal foco de
aprendizaje de los estereotipos. Las cosas están cambiando pero todavía existen
los roles masculino y femenino en cuanto a las tareas que cada uno debe
desempeñar en el hogar. Para no contribuir más al concepto erróneo de
“tareas de niño – tareas de niña” hay que educarles desde el
principio en la igualdad, a través de dos caminos:
1. Lo que ven: tanto mamá
como papá deben participar en las tareas domésticas.
2. Lo que hacen: las diferentes
obligaciones de los hijos deben estar en función de factores como la
edad o la capacidad, pero no el sexo. Si siempre pides a tu hija que
te ayude en la cocina, su hermano no sólo no aprenderá a hacerlo sino que
terminará viéndolo como una obligación inherente al sexo femenino y, por tanto,
de la que él está excluido.
Esther García Schmah
Pedagoga
CRIA HIJOS Y TE
SACARÁN LOS OJOS
Actualmente tenemos una sociedad
en la cual los hijos pretenden que sean los padres quienes tengan todas las
obligaciones.
Significa
que aunque tu estés muy confiado por una persona puede que ataque en tu contra,
o también refiere a las acciones que tomamos por ejemplo has algo mal y puede
llevar a que tome venganza, ese refrán también lo ocupan con los hijos mal
educados o que se les permite salirse con la suya, ya que si no muestras con el
ejemplo terminaran por hacer las cosas de la peor manera y con consecuencias
malas para ti.
Significa
que a veces ayudamos o hacemos bien a quien menos lo necesita, y después nos
traicionan o nos dan la espalda.
No te
confíes mucho ni de los más cercanos.
Se dice de la ingratitud de las personas a las que amablemente
hemos ayudado, y que terminan por usar los hechos con los que los hemos
beneficiado como armas para pagar el bien con mal.
El mundo de desagradecidos y contra
ellos nos advierte este refrán que critica a los que después de haber sido
favorecidos no saben ser agradecidos con su benefactor y le devuelven el favor
con mal. Como hizó la serpiente de la fábula de Esopo, que mordió a quien le
había salvado la vida:
Llegado
el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío.
Apiadado
de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la víbora,
recobró sus sentidos y mató a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir,
exclamó:
-¡Bien
me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado!
Moraleja: No te confíes del malvado, creyendo que
haciéndole un favor vas a cambiarle su naturaleza.
Puerto de la Cruz a 15 de abril de 2015