En varias ocasiones, el alejarnos de personas conflictivas no solo es un asunto de mera comodidad, también lo es de salud mental. Hay cosas en la actitud de las personas que nos llegan a desequilibrar; que nos bloquean e incluso nos impiden realizarnos, sometiendo nuestro bienestar emocional a sus antojos.
Es bien sabido, que nuestras relaciones no siempre aportan cosas positivas; aunque realmente, en lo profundo, es lo que tú esperas. A pesar de que somos conscientes de esto, nos cuesta darnos cuenta que estamos alimentando intercambios tóxicos.
O sea; nos parece algo tonto y poco coherente pero; sin embargo, no podemos escapar de la realidad. Sacrificar nuestro bienestar por los demás, está a la orden del día; para cada uno de nosotros.
Así, nos encontramos ante el triste panorama de vivir sometidos, a relaciones poco sanas, con personas que no aportan; ni sinceridad ni mucho menos buenas emociones.
En resumen, son intercambios cargados de intereses y egoísmo. Es por eso que debemos aprender a ignorar, a ciertas personas, en ciertos momentos; esto, para buscar nuestro propio bienestar.
Hola que tal, aquí tu amigo, Sandro Gomez, y en esta ocasión quiero compartir contigo unos pensamientos muy bonitos que la psicóloga Raquel Aldana, compartió en el portal, “La Mente es Maravillosa”, una reflexión que nos lleva a pensar sobre la necesidad de ignorar a ciertas personas, para poder ser felices.
Si estás lista, entonces empecemos.
¿Qué es lo que debemos ignorar para ser completamente felices?
Son muchas las situaciones por las cuales es conveniente empezar a regalar nuestra ausencia.
Conocerlas, nos ayudará a tomar conciencia de la realidad. E incluso puede ayudarnos a anticipar estas cuestiones, de manera que podamos impedir que nos hagan más daño.
Siendo así, esto es lo que debes aprender a ignorar.
#1. Las Críticas de los Demás.
Nadie puede afectarte si tú; no se lo permites. Es decir, somos nosotros los que le damos validez a la opinión; de otros.
Lo que los demás piensen sobre nuestras decisiones; poco nos debe importar, ya que es tan probable que nos equivoquemos, como que ellos lo hagan.
