LA ROSA MARCHITA
Hubo una vez, en mi jardín,
una rosa que opacaba la belleza de las otras flores.
una rosa que opacaba la belleza de las otras flores.
Creció sola, casi sin notarlo, y cuando me dí cuenta,
era la flor más bella, la más importante de mi jardín.
era la flor más bella, la más importante de mi jardín.
Con el tiempo me acostumbré a su belleza,
y dí por sentado que la tenía, que siempre estaría ahi.
y dí por sentado que la tenía, que siempre estaría ahi.
Como a todo rosa, la falta de cuidado la mató de a poco,
se marchitó, se convirtió en una rama seca y llena de espinas.
se marchitó, se convirtió en una rama seca y llena de espinas.
Me dí cuenta tarde de que se estaba secando,
y por más que la regué con todo mi ser, era tarde, no revivió.
y por más que la regué con todo mi ser, era tarde, no revivió.
Estoy terminando de llorar la rosa, la hermosa rosa que no supe cuidar,
no a la marchita, la rama seca,
y me duele el alma ver el jardín y ver el vacio que dejó.
no a la marchita, la rama seca,
y me duele el alma ver el jardín y ver el vacio que dejó.
Recién ahora puedo sacar de a poco los restos,
clavandome algunas espinas secas,
y preparando el lugar vacio
para que con un poco de suerte, crezca ahi otra flor,
aunque nunca voy a poder olvidar a mi amada rosa.
clavandome algunas espinas secas,
y preparando el lugar vacio
para que con un poco de suerte, crezca ahi otra flor,
aunque nunca voy a poder olvidar a mi amada rosa.
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