viernes, 6 de febrero de 2015


UN PROYECTO DE UNIDAD

 Una foto de Podemos Tenerife.

¡YO PRIMERO!         LA AMBICION, LA VANIDAD, EL EGOISMO Y FIGURAR
SEGURO QUE PODEMOS   …………o………….       POR SUPUESTO QUE PODEMOS                                                       PUEDE SER QUE PODAMOS    ………o……………      SEGURO QUE PODEMOS
PODEMOS PODER    ………………….o…………….        A SABER SI PODEMOS

YO QUE SÉ SI PODEMOS

 

 PUDIERA O PUDIESE SER QUE PUDIÉRAMOS 

 

“ LA CONCORDIA AUMENTA LAS FORTUNAS PEQUEÑAS.

LA DISCORDIA ARRUINA LAS MÁS GRANDES”

 

6/feb/15 01:27

Edición impresa El Día

A las cinco de la tarde la multitud se reunió a los pies de la Montaña Grande en un silencio tenso y expectante que solo rompía el ruido de los coches al pasar por la autopista cercana. "Por aquí baja la Virgen del Socorro cada año", musitó una mujer mirando con los ojos entrecerrados el camino serpenteante. Entonces, subió a la tribuna una mujer alta y espigada. "Hermanos", dijo, y su voz cristalina sobrevoló los murmullos como una roca por encima de la espuma de las olas. "Les traigo a todos un mensaje. Nuestro líder quiere que concurramos a estas elecciones en su nombre. Y como muestra de que he sido elegida, aquí muestro mis pruebas". Y echando mano a una mochila levantó orgullosamente en el aire una camisa a cuadros con una etiqueta de Carrefour mientras gritaba: "He aquí la camisa de Pablo". La gente prorrumpió en aplausos y gritos coreando nombre del partido "Seguro Que Podemos".

"¡¡Silencio hermanos!!", clamó un hombre con barba y pelo largo que subió al atril para agarrarse a él como Sansón a los pilares del templo de los filisteos. "Pablo nos ha elegido a nosotros, al partido Puede Ser Que Podamos. Y como muestra de que hemos sido elegidos quiero enseñaros esta coleta que me dio Él en persona". Y orgullosamente enseñó una cinta para el pelo, entre aplausos y gritos enardecidos de ánimo de una gran parte de los asistentes.

Mientras el público se dividía entre partidarios de la mujer y el hombre, una nueva figura subió hasta la improvisada tribuna de oradores colocada sobre una tanquilla. Un anciano de barba blanca y aspecto venerable que se dirigió al micrófono con una voz que apenas era un susurro. "Amigos... Amigas... Compañeros...". Poco a poco la algarabía fue descendiendo de volumen y la gente empezó a mirar al nuevo orador, que con los brazos en alto reclamaba la atención de la audiencia. "No debemos dividirnos en luchas estériles -dijo el anciano- que sólo conseguirán debilitarnos. Somos los llamados a cambiar este nido de víboras, este zoco de mercaderes y ladrones. No debemos pelearnos entre nosotros". Una larga ovación emocionada recibió las palabras del nuevo orador, que agarró su camisa con las dos manos arrancándosela de un tirón. Un enorme tatuaje en el pecho representaba el inconfundible rostro del líder. "Este es nuestro profeta. Y él me ha ungido con su representación. Nosotros, los Por Supuesto que Podemos, somos los verdaderos y únicos representantes de Su Voluntad".
La muchedumbre estalló en un hervidero de gritos, empujones y cólera. Los pocos que gritaban pidiendo calma fueron ignorados. Empezaba a anochecer cuando la gran asamblea se disgregó en siete grupos (Por Supuesto Que Podemos, Puede Ser Que Podamos, Seguro Que Podemos, Podemos Poder, A Saber Si Podemos, Yo Que Sé Si Podemos y Pudiera o Pudiese Ser Que Pudiéramos) que marcharon en direcciones distintas, siguiendo a su líder para salvar el mundo del egoísmo y la ambición. Y eso. Fuente El Día.
Puerto de la Cruz a 6 de febrero de 2015.Miguel Ariza Cabello

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