EL ODIO
El odio es
desear que el otro no exista. Es un sentimiento que se experimenta ante ciertas
situaciones mediante dos emociones muy potentes, el asco (o la aversión) y la
rabia (o la ira), si bien pueden estar mezcladas con otras tales como la
tristeza o el miedo.
El asco nos
lleva a sentir repugnancia por algo, y si el objeto de esa repugnancia es una
persona se puede generar tal rechazo que el disgusto acaso sea insoportable. La
rabia, por otro lado, es la emoción que nos permite reconocer situaciones que
violan gravemente nuestra escala de valores y actuar para compensarlo. El odio,
aunque es normal experimentarlo en situaciones extremas, es inútil y tiene
efectos psicosomáticos y muy dañinos en nosotros mismos haciendo realidad esa
frase que dice que el odio es un ácido que destruye el estómago.
Por eso es preciso canalizar tales emociones a fin de restaurar el equilibrio que juzgas perdido, proceso en el que el coaching puede serte muy útil. El primer paso: tomar conciencia de lo que sientes, de por qué lo sientes y, sobre todo, de para qué lo sientes. En el 99,9% de las veces, el odio se experimenta con el fin de dar su merecido a quien nos hizo daño. Pero para eso está la rabia, que es la que reclama justicia. Con estrategias de este tipo vamos modulando a la baja el sentimiento para que afloren las acciones efectivas y razonadas que te compensarán por el daño sufrido.
Por eso es preciso canalizar tales emociones a fin de restaurar el equilibrio que juzgas perdido, proceso en el que el coaching puede serte muy útil. El primer paso: tomar conciencia de lo que sientes, de por qué lo sientes y, sobre todo, de para qué lo sientes. En el 99,9% de las veces, el odio se experimenta con el fin de dar su merecido a quien nos hizo daño. Pero para eso está la rabia, que es la que reclama justicia. Con estrategias de este tipo vamos modulando a la baja el sentimiento para que afloren las acciones efectivas y razonadas que te compensarán por el daño sufrido.
El odio
es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o
repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar,
limitar o destruir a su objetivo.
El odio se
puede basar en el miedo a su objetivo, ya sea justificado o no, o más allá de
las consecuencias negativas de relacionarse con él.
El odio se
describe con frecuencia como lo contrario del amor
o la amistad.
El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción, aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no necesariamente experimentar estos efectos.
El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción, aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no necesariamente experimentar estos efectos.
El odio no
es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la
posibilidad de diálogo y construcción común.
Es posible que las personas sientan cierta aversión sobre personas u organizaciones que a estabilidad, incluso ciertas tendencias ideológicas como el capitalismo o el socialismo.
Es posible que las personas sientan cierta aversión sobre personas u organizaciones que a estabilidad, incluso ciertas tendencias ideológicas como el capitalismo o el socialismo.
El odio es
una intensa sensación de desagrado.
Se puede presentar en una amplia variedad de contextos, desde el odio de los objetos inanimados o animales, al odio de uno mismo u otras personas, grupos enteros de personas, la gente en general, la existencia, la sociedad, o todo. Aunque no siempre, el odio a menudo se asocia con sentimientos de enojo.
Se puede presentar en una amplia variedad de contextos, desde el odio de los objetos inanimados o animales, al odio de uno mismo u otras personas, grupos enteros de personas, la gente en general, la existencia, la sociedad, o todo. Aunque no siempre, el odio a menudo se asocia con sentimientos de enojo.
Algunos filósofos han ofrecido muchas definiciones
influyentes del odio. René Descartes ha visto el odio como la
conciencia de que algo está mal, combinada con un deseo de retirarse de él. Baruch Spinoza, definió el odio como un tipo de
dolor que se debe a una causa externa. Aristóteles ve el odio como un deseo de la aniquilación
de un objeto que es incurable por el tiempo. Por último, David Hume cree que el odio es un sentimiento
irreductible que no es definible en absoluto.1
Consideran al odio como lo opuesto al amor.
En el
psicoanálisis, Sigmund Freud define
el odio como un estado del yo que desea destruir la fuente de su infelicidad.2
La psicología define el odio como un sentimiento "profundo y duradero,
intensa expresión de animosidad, ira y hostilidad hacia una persona, grupo u
objeto".3 Debido a que el odio se cree que es de
larga duración, muchos psicólogos consideran que es más una actitud o
disposición que un estado emocional temporal.
La actividad
cerebral se acelera cuando las personas están experimentando el odio.
No sale
rentable tener odio.
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