Deja de ser un pendejo
Seguro has
vivido esta escena: te encuentras en un sitio, tomando algunas cervezas,
con tus amigos y quizá con algunas de las novias de tus amigos. Siempre
estás observando a ver qué pasa con las mujeres en el sitio, siempre
observando el panorama a ver qué despierta tu atención. Hasta que llega
ella: una mujer hermosa, que te deslumbra, no puedes dejar de mirarla y
analizarla, además de sus atributos te quedas mirando sus ojos, esa
hermosa sonrisa y ese par de hoyuelos que se forman en sus mejillas
cuando ríe a carcajadas con sus amigas. Ella aún no nota tú presencia,
con lo cual puedes detallarla e inferir, a primera vista, rasgos de su
personalidad, es hermosa, se expresa con propiedad, se mueve como si
dominara la escena, y tiene una mirada reflexiva y pensativa que te hace
pensar que ella es profunda y, quién sabe, incluso espiritual.
Imaginas estar
con ella, tu mente recrea diferentes momentos y escenas con ella,
besándola en la playa, robándole un beso mientras caminas por el parque,
haciéndole el amor por primera vez, y descubriendo que lo que había por
debajo de la ropa era aún más hermoso de lo que pensabas. Hablando
interminablemente y conociendo su vida, cocinando juntos, presentándola a
tus amigos como tu novia, consolándola mientras llora. “Buenos tiempos”
piensas.
¡Despiertas!
Les dices a tus amigos que te encanta esa mujer, que la miren. Algunos
más disimulados que otros voltean a verla y la admiran. Es unánime, es
una mujer muy atractiva. Las novias de tus amigos te animan a hacer
algo, tus amigos también.
Tú no haces nada.
La
velada termina. Sales a la calle, te despides de tus amigos y de sus
novias. Ellos se van a disfrutar de la pasión, del amor, del romance,
del sexo, de lo que sea. Tú vas para tu casa pensando en el cuerpo, en
la cara, en la sonrisa, en los ojos de aquella mujer, en la voz que
apenas lograste distinguir de entre el bullicio del sitio.
Guardas su recuerdo, te dura un tiempo.
Te sientes un completo pendejo.
¿Te
suena familiar? Estoy seguro que sí… Son momentos como ese los que
hacen que tu nerviosismo con las mujeres salga a flote, nerviosismo que
se incrementa con el grado de belleza de la mujer, son esos momentos los
que hacen que fantasees en tus noches de soledad, con ser el hombre que
no eres y estar con la mujer que no estás, donde te culpas por tu
pendejada con las mujeres, donde deseas cambiar y te mueres de miedo.
Las
mujeres huelen esa pendejada, y hacen que no te pongan atención, o que
en algún punto deseen darte un golpe en la cabeza a ver si la tuerca de
la valentía y la confianza se ajusta. He oído a mujeres que me dicen “me
gusta mucho, pero es un pendejo, no se da cuenta, no hace nada, se pone
todo nervioso”, yo callo un momento y digo “sí… es un pendejo… así era
yo”.
Pero vamos a
definir qué es un pendejo. Es el típico tipo, promedio, normalito, que
no destaca por mucho (excepto por su inteligencia quizá), que se derrite
por cada una de las mujeres atractivas que pasan por delante, no se
fija si la mujer es una snob, superficial, o profunda, emo, metalera,
controladora, histérica, neurótica, con novio o soltera, dulce o con
gran personalidad. De lo único que se fija es que sea hermosa, si ella
es atractiva él está feliz.
Una
gran proporción de los nervios con las mujeres hermosas procede de la
forma en que piensas y tratas a esas mujeres. Este tipo de procesos
lleva a que tengas un estilo de pensamiento y conducta donde pones a las
mujeres atractivas en un pedestal, cada vez que ves a una mujer así
piensas “¡Oh Dios, que mujer tan hermosa!”, y con ello conjugado con tu
timidez y nerviosismo lo que sucede es que te vas alejando y alejando de
la posibilidad de acercarte a una mujer así (excepto en tus
pensamientos).
¿Por qué sucede eso? Es la gran pregunta y me propongo en este post contestarla:
1. Tu estima está baja:
Ella se mueve y tus ojos la siguen a ella, la miras esperando no ser
descubierto, pero las mujeres, que tienen ojos en la espalda, descubren
que la miras y descubren también lo que imaginas, por una razón
sencilla: no es la primera vez que le sucede, y ella tiene un sensor de
hombres deseosos y está pendiente para evadirse de ellos. Le has
comunicado de una forma no verbal que la deseas. Tú crees conocerla sólo
porque se ve atractiva. Cuando una mujer ve esto lo que piensa de la
autoestima de este tipo es que A) que es tan baja que lo único que
sientes es deseo en lugar de pensar en conocerla; B) Que eres uno más
del montón; C)No tienes estándares definidos para escoger una mujer
salvo su apariencia; D) No eres lo suficientemente valiente como para
acercarte al menos a conocerla.
2. Estás afirmando que ella está fuera de tu alcance:
La mayoría de las personas ama la atención que puede generar entre
potenciales admiradores. ¿Quién no disfruta de un cumplido o un gesto
amable de las otras personas? Esa clase de atención eleva el ego pero
mata la atracción, o el efecto atractivo que puedas transmitir a las
mujeres.
A las
mujeres les gustan los caballeros. Pero no les agradan los lambones, los
que se pasan de la raya en halagos recién la conocen, y menos cuando
esos halagos están dirigidos a la parte física, piensan que los que
hacen eso son hombres del montón, necesitados y de desconfiar. El punto
es que los puedes hacer pero en una forma en que los haces de forma muy
segura y con un estilo muy particular.
Un
hombre no puede derretirse por alguien, y mostrarse deslumbrado por una
apariencia de una desconocida. Una cosa es sentirse admirado por
alguien, y quienes tenemos una relación hemos iniciado con una inmensa
admiración, pero lo que se necesita es respirar, tranquilizarse, pensar y
actuar, pero no empezar a botar la baba por alguien. Es totalmente
opuesto a generar atracción. Las mujeres piensan que si te prestan
atención tu estarás pensando en “oh! Pero qué suerte tengo!” Lo cual te
quita valor, y te pone en el lugar del que piensa que ella está fuera de
su alcance (muy arriba, para el bajo nivel que tienes). Las mujeres
saben cuando tú piensas que ella está en otra liga diferente a la tuya, y
aprovechan esa información…
3. Te pone en la categoría de un “tipo cualquiera”:
El ser pendejo te pone en la posición de “soy un tipo desafortunado que
solo fantasea con las mujeres, no soy capaz de hablarles de otra cosa
que no sea de lo atractivas que son, se me nota a primera vista que me
derrito por ella, y estoy solo desde hace muuucho tiempo”. Eso es
justamente lo que comunicas, y lo que compartes con muchos otros hombres
que ella conoce y con los cuales se encuentra día por día. Eso es lo
que muchos hombres hacen y comunican. Las mujeres son muy intuitivas y
desean hombres seguros, verdaderos hombres que vayan más allá de lo
físico y lleguen ante ellas con una conversación diferente, una táctica
diferente, una posición donde hablan como si fuera un ser humano normal,
no como si fuera una actriz de cine gringo que acaba de conocer donde
lo único que le falta es ponerle la alfombra roja, tomarle una foto y
pedirle un autógrafo. Lo mejor que puedes hacer con el atractivo de una
mujer es ignorarlo en primer momento y hablarle a sus ojos, a su cerebro
y a sus emociones, luego le podrás hablar a su deseo…
4. Te pones en posición de debilidad y no de poder:
El pendejo se ha entrenado durante meses en tener la misma respuesta
emocional y mental cuando estás con una mujer hermosa. Estás con un
patrón, un condicionamiento, un ancla donde las mujeres hermosas te
sacan de control, se te sale la lujuria por la mirada y actúas de la
manera en que lo haces. Ni siquiera tú lo controlas, es lo que los
psicólogos llamamos una compulsión, es decir algo que no se escoge, que
no se controla, que se da cuando un estimulo aparece, así como cuando
aparece una deliciosa Coca Cola tu deseas beberla en un día de verano
caluroso.
El poder viene de la posibilidad que tienes de escoger. La pérdida de la posibilidad
de escoger implica pérdida de poder sobre ti mismo (dominio de sí) y
pérdida de los resultados que puedes obtener en tus circunstancias,
éstas te manejan a ti y tú no las manejas a ellas. Generalmente los
hombres más necesitados son los que menos dominio de sí tienen, los que
más fácilmente caen en infidelidades, los que menos carácter tienen y le
dan la espalda a las personas, amigos, familia por una mujer atractiva.
¿Cuál es la alternativa entonces?
Lo pondré clarísimo: DEJA DE ESTAR NERVIOSO FRENTE A LAS MUJERES Y MUÉVETE A UN LUGAR DE PODER.
Tener
esta posición implica desarrollar un hábito, necesitas entrenarte para
cambiar la compulsión de reaccionar en la forma en que lo haces, de
pensar en la forma en que piensas y en comunicarte con las mujeres en la
forma en que te comunicas. Te propongo algunas cosas:
1. Deja de hablar con tus amigos de mujeres atractivas:
Hay un sentido de camaradería entre hombres que nos lleva a comentar y
hacer bromas sobre las mujeres atractivas, es un sentido de interés
común, así como las mujeres hablan de nosotros con sus amigas. Pero lo
que más cuenta es que tengas éxito con las mujeres más que hacer unas
cuantas bromas y comentarios sobre ellas.
Pasársela
hablando de mujeres con los amigos refuerza algo negativo con algo
positivo, tu comportamiento negativo de hablar y emocionarte con mujeres
hermosas se ve premiado con la aprobación social
que obtienes de tus amigos, que ríen y pasan un buen rato con los
comentarios de un lado y otro. Lo que te propongo es que para iniciar el
hábito de poder dejes de decir cosas como “Oh… ¿viste esa mujer” o
“Dios mío que mujer miren…”. Acostumbra a tu mente pensar en formas de
acercarte, establecer conversaciones y conocer a esa mujer en planos
diferentes al físico. Comparte con tus amigos cosas diferentes a hablar
de mujeres, por ejemplo el deporte.
2. Entiende que la belleza no es la gran cosa:
Nuestra cultura valida y vive en torno a las personas hermosas, se les
perdona todo y se les pone como modelos, las vemos en todas partes y
todo el mundo quiere ser hermoso, deseable, etc. Generalmente esa
belleza se acompaña de personalidades destructivas, vacías o
insoportables. Los hombres que son más exitosos con las mujeres van más
allá de su belleza y las ponen en un lugar de “ser humano”, buscan su
atractivo emocional, espiritual y por eso resultan teniendo noviazgos y
relaciones con ellas, porque a su vez éstas mujeres descubren que las
miran por otro lado. Los hombres exitosos que no están necesitados
buscan algo más que lo exterior, porque saben que eso cansa e incluso
empalaga con el tiempo si no está acompañado de riqueza interior.
Hay
belleza interior acompañada de belleza exterior, eso es un hecho. Y
tener una mirada profunda te ayudará e evitar caer en relaciones
equivocadas y perjudiciales.
3. Desarrolla estándares con las mujeres:
Es decir, pon un límite en lo que deseas que ellas sean para ti. Qué es
lo quieres y qué es lo que no deseas, por más bonita que sea la
envoltura. Ellos te permitirán tener una mirada profunda, en lugar de
una simple mirada superficial.
Algo
me parece curioso, algo que va en la dirección de nuestros
pensamientos, nuestra mente dice algo así como “¿Será que soy digno de
ella? ¿Estaré a su nivel?”, y no nos preguntamos si ella está al nivel
nuestro, si merece lo que ofrecemos, si nos aportará cosas buenas y
maravillosas a nuestra vida. ¿Ves como cambias a un lugar de poder al
cambiar la dirección de tu pensamiento? Te has puesto en un lugar de
control, donde tú puedes escoger y no solamente deseas, como en un
Reality Show, ser escogido. Eso te hace pasar de necesidad a
posibilidad, la posibilidad real de estar y compartir con alguien.
Algunos temen poner estándares porque piensan “con lo que caiga estoy
feliz”, y eso es una gran mentira, porque al final termina de caer lo
peor o no caer nada.
Recuerda las mujeres huelen la confianza y la autoestima y adoran los retos.
¿Les pones realmente retos? O ya las apruebas porque están atractivas… Piensa en eso…
Desarrollar
estándares también te permite desarrollar los tuyos propios, buscar
personas motivadas, energéticas y alejarte de las pesimistas, de las
indiferentes, apáticas, necesitadas y resentidas. Si compartes la mayor
parte de tu tiempo con las personas equivocadas terminarás por volverte
como ellos: un deseoso necesitado que no hace sino fantasear e incapaz
de tomar acción sobre su carácter, tener la seguridad de exigir además
de belleza un complemento adecuado, terminarás por ser uno más, débil e
inseguro.
Debes
generar un entorno adecuado a tus estándares, lo que deseas de tus
amigos, de tu novia, de los que te rodean, y merecerlos. Crear y
mantener estándares atraerá a más personas en tu vida, le dirás que no a
muchas personas en el camino, pero pondrás en claro tu valor y serás
consistente y coherente, virtudes que las personas valiosas y las
mujeres valiosas persiguen y desean.
La
necesidad es la raíz del miedo, la soledad y la baja estima. El poder
de escoger te mostrará que puedes ser selectivo, feliz y desarrollar
carácter, ver a la belleza de frente y desafiarla, no temerle,
evaluarla, y a la larga conseguir la belleza que no envejece con los
años.
Vale la pena el giro, ¿verdad?
Que comience la cacería!
ME AGRADA ESTA ENTRADA.
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