EL AMOR
La verdad sobre el amor
Siempre pensé que la
vida recompensaba a aquellos que sabían amar. Creí que nuestro destino era
encontrar a alguien que lograse entender nuestros caprichos y que nos alegrase
al consentir los suyos. Siempre pensé que nuestro mayor objetivo era decir “te
amo” con sinceridad. Pero ahora entiendo que el amor es una meta inimaginable
de sentidos que hacen del hombre un merecedor. Nuestro regalo no es el amor, es
la lucha que corremos por alcanzarlo. Nuestro regalo no es esa persona, sino
las enseñanzas que ella nos deja. Nuestro objetivo no es decir “te amo”, sino
alcanzar mil estaciones a su lado. Nuestro destino es caminar entre sueños, que
se endulzan con su voz. Es navegar entre nuestras carencias con un bote repleto
de ilusiones. Nuestra vida se resume en amar, ser amado y vivir por siempre con
esa ley. La ley fundamental, el amor.
El amor es el
desenvolvimiento de nuestra felicidad, limitado por su capacidad de
entristecernos. Es la esperanza que vive, luego de cada desilusión, y la
decepción que nace por la desesperanza. Es la tierna voz del odio, regulado por
nuestros sentidos, encaminado hacia nuestra voluntad de obrar, de ser y de
sufrir. Es el tiempo de nuestras vidas, la aventura de nuestros días y la
esencia de nuestra muerte. Es egoísta con sus anhelos, pero genero con sus
recelos. Es nuestro más grande significado, nuestra más perfecta cima, nuestra
realización y nuestro sentido. Nuestro carisma en el olvido y nuestra tristeza
en el recuerdo. Es lo que es, porque el amor es un todo sin totalidad.
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