Papá, ¿por qué los políticos nos abandonan?
Papá, ¿por qué los políticos nos abandonan? Esta, es la pregunta con
la que (atónito) salí de mi letargo matinal cuando me dirigía a realizar
ciertos asuntos. Un niño de unos siete u ocho años, le espetaba dicha
pregunta a su padre bajo la atónita mirada del mismo. El padre tras proferir
una retahíla de improperios hacia los políticos, concluyó “los políticos no
valen para nada, si no saben ni solucionar sus problemas ¿Cómo van a solucionar
los nuestros?”
Y esto señores, es el reflejo de la clase política
actual y como sus acciones son percibidas por la sociedad. Los niños no
tienen capacidad analítica para decidir si unas medidas políticas les
benefician o no, simplemente inhalan y exhalan el clamor social. Y el clamor de
la sociedad actual no es otro que un descontento generalizado con la clase
política y el
Personalmente y como estudiante en aras de ser
politólogo, me niego a creer que el verdadero sentido de la política tenga algo
que ver con lo que actualmente vivimos. Tengo el convencimiento de que los
actores políticos actuales están totalmente desvirtuados y degradados.
Me gustaría hacer hincapié en recordar, que la
política, no soluciona problemas, sino que los regula, ya que una solución
implica un contento generalizado, algo que es imposible. Es en esta regulación
donde intervienen todos los actores políticos: clase política, medios y
ciudadanos. Si bien es cierto que la clase política deja mucho que desear, este
no es motivo para bajar los brazos y lamentarnos. Vivimos en democracia y la
democracia es una inmensa y compleja máquina, que para estar a pleno
rendimiento, precisa de maquinistas que la hagan funcionar y sí, todos somos
maquinistas.
Los políticos, en su gran mayoría instrumentos, se han
instaurado en una cómoda posición que consiste en criticar a la oposición y
darse baños de masas para recabar votos. Perdiendo así la identidad, el sentido
político y los valores (que han desaparecido del escenario político), solo
importa el número de votos. Han renunciado a la defensa de ideales y a conectar
con el ciudadano. Como consecuencia de esta actitud, los ciudadanos se han ido
distanciando del escenario político, cada vez mostrando menos interés, de esta
forma el ciudadano se ha convertido en lo que el político pretendía, un títere
desinformado. Un títere desinformado y cabreado, que ha sido adiestrado para
atacar de forma sistemática cualquier medida que no emerja de su partido afín.
Los ciudadanos, como actores políticos, somos más
determinantes de lo que solemos creer y jamás debemos ceder a las pretensiones
políticas que se intenten imponer. El ciudadano democrático ha de interesarse
por la política, informarse y participar de ella. Quejarse en Facebook y
Twitter de lo mal que está todo, no es ser un ciudadano democrático y
participativo. Un ciudadano democrático, tampoco asume todo el ideario de un
partido y desprecia sistemáticamente contra el de la oposición, el ciudadano democrático
razona y cuestiona cada decisión.
Por último añadiré que cada vez que desprestigiamos y
menospreciamos la política, nos desprestigiamos y menospreciamos a nosotros
mismos, porque todos somos parte constituyente e indispensable de esta. Por eso
me gustaría hacer un llamamiento al cese de las quejas y animar a la
participación activa. No hay que destruir, hay que construir y no hay que
preocuparse, hay que ocuparse.
¿Qué es la política?
- Papá, ¿qué es la política?
- Hijo, imagínate nuestra casa: Yo represento al capitalismo porque soy el que trae el dinero a casa. Tu madre es el gobierno porque administra el dinero. La criada es la clase obrera porque se ocupa de las tareas más pesadas. Tú eres el pueblo porque gozas de los beneficios del sistema. Y tu hermanito pequeño es el futuro del país. ¿Entendiste?
- No papá, no lo entiendo.
- Bueno no te preocupes, ya lo entenderás cuando seas mayor.
Esa noche el niño es despertado por el llanto persistente de su hermanito.
Va a verlo a la cuna y encuentra que está completamente cagado y que alguien debería cambiarle los pañales.
Va a la habitación de sus padres a pedir ayuda y ve que su padre no está, su madre duerme profundamente roncando panza arriba y no logra despertarla.
Entonces decide acudir a la criada, entra en su cuarto y encuentra a su padre practicándole sexo anal.
Al día siguiente, el niño le dice al padre:
- Papá, anoche entendí lo que es la política.
- ¡Qué bien! Bueno, ¿y qué es?
- Mientras el capitalismo le rompe el culo a la clase obrera, el gobierno duerme panza arriba sin importarle nada. Al pueblo nadie le hace caso y el futuro está cagado hasta las orejas.
¿Qué es la política?
- Papá, ¿qué es la política?
- Hijo, imagínate nuestra casa: Yo represento al capitalismo porque soy el que trae el dinero a casa. Tu madre es el gobierno porque administra el dinero. La criada es la clase obrera porque se ocupa de las tareas más pesadas. Tú eres el pueblo porque gozas de los beneficios del sistema. Y tu hermanito pequeño es el futuro del país. ¿Entendiste?
- No papá, no lo entiendo.
- Bueno no te preocupes, ya lo entenderás cuando seas mayor.
Esa noche el niño es despertado por el llanto persistente de su hermanito.
Va a verlo a la cuna y encuentra que está completamente cagado y que alguien debería cambiarle los pañales.
Va a la habitación de sus padres a pedir ayuda y ve que su padre no está, su madre duerme profundamente roncando panza arriba y no logra despertarla.
Entonces decide acudir a la criada, entra en su cuarto y encuentra a su padre practicándole sexo anal.
Al día siguiente, el niño le dice al padre:
- Papá, anoche entendí lo que es la política.
- ¡Qué bien! Bueno, ¿y qué es?
- Mientras el capitalismo le rompe el culo a la clase obrera, el gobierno duerme panza arriba sin importarle nada. Al pueblo nadie le hace caso y el futuro está cagado hasta las orejas.
Puerto de la Cruz, 16 octubre 2015
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