Políticos de profesión
(trepas)
Generalmente
mediocres, este tipo de personajes son los que menudean entre la mal llamada
clase política, parasitando, copiando, emulando e inventando méritos que
realmente no poseen, ocupando falsos espacios ya representados por sus
‘legítimos dueños’.
Carecen de
una base ideológica sólida, suelen ser camaleónicos, inmaduros e incluso
pretenciosos, alcanzando el grado de prepotentes cuando logran alcanzar ciertas
cotas de Poder.
Suelen ser
necios alejados de la realidad, mesiánicos por vocación religiosa y
estrafalarios en sus ocurrencias teóricas, que muchas veces les lleva al
paroxismo.
Los trepas,
crecen a la sombra de los verdaderos líderes, se alimentan de su estela y
aprovechan la menor oportunidad para ocupar su lugar, tejen marañas
artificiosas que les permitan desbancar a todo aquel que se pone en su camino,
difunden toda clase de rumores y medias verdades a diestra y siniestra, con el
objetivo de encumbrarse en el Poder.
Por poner un
ejemplo de poca monta y de fácil comprensión el trepa está bien representado en
el escenario de España, por la señora Rosa Díez.
Cuando no pudo
o no supo encaramarse en el PSOE, se inventó una serie de falsos argumentos y
fundó un partido a su medida, que a la larga acabará integrando las filas del
PP, dadas sus escasas diferencias afectivas e ideológicas.
Los partidos
de masas carecen de criterios de selección de sus militantes
Dentro de la
izquierda es donde mayor número de trepas y versiones del mismo se suelen dar,
casos antinaturales, como el de José Bono y Francisco Vázquez llaman
especialmente la atención, pero el PSOE ha aportado el mejor ejemplo en la
historia reciente de España con el famoso caso Roldán.
Falso desde
sus orígenes, carente de principios, carente de escrúpulos y de vergüenza, se
permitió el lujo de alcanzar una de las cimas del Estado más delicadas y
poderosas, sin que nadie se percatara ni pusiera el menor reparo.
Si alguien
de forma individual es capaz de tamaña proeza, imagínese el lector de que serán
capaces los amos del mercado, los grupos financieros, el Capitalismo Salvaje,
que todo lo devora.
Las náuseas no me permiten seguir escribiendo
y los vómitos inundan mi teclado.
Puerto de la Cruz, 16 de octubre 2015
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