domingo, 30 de octubre de 2016

EL CAMINO DE LA VIDA



El Camino de la Vida es similar a subir una montaña muy alta de la cual ni siquiera intuyes la cima. Puedes tomar el camino más seguro o aventurarte por otros senderos más intrincados. A veces eliges el camino de la comodidad y de la seguridad, otras te aventuras por senderos nuevos y descubres que la felicidad es un logro personal. Hay muchas formas de iniciar el viaje a la autorrealización: se puede llevar mucha carga o andar ligero, se puede compartir el viaje con pesadumbres y amarguras o vivir cada instante como si fuera único.


El camino de la vida

El camino de la vida

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” Antonio Machado
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”…sabias palabras para describir de modo magistral lo que es la vida. No hay camino, cierto, cada uno de nosotros va configurando su camino, su sendero, su historia personal, llena de aciertos y de errores, de momentos felices y tragos amargos.
Pero esa es la vida; sólo se aprende a vivirla, precisamente viviendo, viviendo sin miedo, caminando sin cesar a pesar de las piedras que encontramos al paso y que a veces nos hacen tropezar y caer, tropezar y caer para luego volvernos a levantar, con más ganas y fuerzas, sin mirar atrás; porque el pasado ya no está y el futuro está por llegar, porque tan sólo oteamos vagamente un horizonte lejano que aún no ha llegado.
Pero mientras tanto vamos dando pasos unas veces a ritmo ligero y firme y otras tantas veces como un pequeño caracol que esconde su cabeza en su diminuta casa…pero le echamos valor y seguimos adelante, caminando porque…”Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Porque a veces tendremos que decidir si cruzar el río o tomar otro atajo, disfrutaremos cuando el sol luzca en todo su esplendor y tendremos que aguantar cuando nos cae un chaparrón encima; y así recogiendo piedrecitas por el camino y pequeñas pero preciosas flores o unas gotas de agua de lluvia que mantendremos como un recuerdo en nuestra memoria de todo lo que nos enseñó ese chaparrón; ese chaparrón que nos enseñó a cubrir nuestras espaldas en aquel momento asustados porque pudiera provocarnos un absurdo costipado que nos impidiera seguir caminando con ligereza o porque pudiera mancharnos nuestra ropa o nuestro pelo y no estar lo guapo que debiéramos ante algún compañero que pudiéramos encontrar en el camino…
Y es que iremos llenando nuestra mochila, una mochila que cada vez pesará un poco más y también tendremos nuestro rostro y nuestra piel más curtida por el sol, el viento y la lluvia, pero seremos un poco más sabios, sabios en el camino de la vida porque…Caminante no hay camino, se hace camino
al andar.
La fuerza de voluntad, el coraje, el seguir caminando, la humildad cuando nos hace falta y el orgullo cuando hemos conseguido escalar la montaña nos ayudarán en nuestro largo camino…ese largo camino que es la vida y para el que no hay respuestas rotundas, porque sólo se aprende caminando y porque los errores también son aciertos; porque la vulnerabilidad, el miedo y la incertidumbre cuando la noche llega y estamos solos en ese camino en el que todo se vuelven extrañas y misteriosas sombras que nos confunden y nos nublan la vista también tienen su encanto.
Porque…
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso…
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso…
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso.                                   
Antonio Machado

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