jueves, 14 de mayo de 2015

GUIA PARA NO HACER EL RIDÍCULO EN LA MESA.BUENOS MODALES.



 

Guía para no hacer el ridículo en la mesa. Buenos modales
  • Para llegar a ser realmente corteses no basta con conocer las normas de la moral y de la urbanidad, sino que también es indispensable practicarlas.

Fuente Diario El Correo de Caroní
  • Además de para hacernos reír cuando son puestas en ridículo por los humoristas, las buenas maneras se rigen por pautas de conducta que son claves para cohesionar los grupos sociales y fomentar una buena comunicación entre los miembros de la sociedad.

    La etiqueta es una parte esencial de la urbanidad. Se refiere al ceremonial de los usos, estilos y costumbres que se observan en reuniones de carácter elevado y serio, y varía según las costumbres de cada pueblo o de cada institución. Por eso, la regla número uno siempre es someterse a los usos establecidos donde somos invitados. Pero no es tan simple. Para llegar a ser realmente corteses no basta con conocer las normas de la moral y de la urbanidad, sino que también es indispensable practicarlas constantemente para formar hábitos de buena educación. Saldrán así naturalmente, sin necesidad de impostarlas.

    "Con respecto al tacto social -explica Lillian Eichler en Nuevo libro de etiqueta- podemos decir que es el arte de evitar a los demás, y a uno mismo, el sentirse incómodo en una situación embarazosa. El tacto social debe considerarse como el mayor grado de la cortesía, pues supone un gran fondo de dignidad, discreción y delicadeza". En otras palabras, es presentir y adivinar los sentimientos de los demás, y estar en consonancia con ellos; utilizar el tono debido, o tener la actitud precisa con cada persona en particular. Es decir, no perder la dignidad.

    A propósito, Sheila Morataya-Fleishman, de www.encuentra.com, enumera los hábitos necesarios para tener "dignidad":
    - Aprender a sonreír, independientemente de tu temperamento.
    - Siempre saludar, independientemente de tu posición en la empresa o en la sociedad.
    - Vigilar el tono de tus palabras para no ofender al otro. 
    - Ser consciente del daño que hacen las malas palabras y las groserías.
    - Ser conscientes de que los gritos deben evitarse al comunicarse con la pareja y los hijos. Cuando hay necesidad de llamar la atención o discutir es necesario recordar que queremos integrar no desintegrar. 
    - Entender que las carcajadas en una mujer la hacen parecer vulgar.
    - Se puede reír con muchas ganas sin necesidad de hacer escándalo.
    - Saber comportarse al tomar los alimentos.
    Con respecto a este último punto ¿ existen reglas para comer ? Por supuesto que sí, ¿ qué pensaba ?.
    Educación a la carta: "La mesa es uno de los lugares donde más clara y prontamente se revela el grado de educación y de cultura de una persona" (Carreño, Manual de urbanidad y buenas maneras, Ed. Herrero Hermanos, México, 1920).

    La etiqueta en una cena no comienza a la hora de sentarse frente al plato de comida, desde luego. Algunas ideas que harán más fácil su desenvolvimiento, no sólo durante la cena formal, sino desde que llega al banquete:

    Al llegar, haga una breve pausa en la entrada y mire hacia el salón. Esto es para tener una rápida idea de quiénes se encuentran y para ser notado por los presentes. Es importante mantener una buena postura corporal en todo momento.

    No entre al lugar de la cena de una forma intempestiva, tampoco se dirija directamente al bar o, si es cena tipo buffet, hacia la comida. Un buen consejo es comer algo liviano antes de ir a la cena, de modo de no estar desmayándose de hambre y (muy importante) tener mayor resistencia al alcohol del aperitivo.

    Si hay un cóctel previo, o se sirven aperitivos antes de la cena, conviene abordar grupos compuestos por tres o más personas o a alguien que se encuentre solo. No es recomendable acercarse a dos personas, ya que éstas podrían estar conversando temas privados. Esta es una oportunidad para sociabilizar, por lo que está bien acercarse a personas que no conozca.

    Es prerrogativa de la mujer la forma de saludo y el contacto físico. Si es una persona que conoce y tiene confianza, puede ofrecer su mejilla. En el caso de dar la mano, asegúrese de que sea un apretón suave, pero no ponga su mano "blanda". Los hombres no deben estrechar la mano de una mujer a menos que sea ésta quien extienda su mano en primer lugar.

    Tome la copa con la mano izquierda de modo que la derecha quedará libre para saludar.
    Recordar los nombres es a veces un dolor de cabeza. Si no lo entiende al momento de las presentaciones, no dude en preguntar.

    Las manos: En situaciones de nerviosismo suelen aparecer gestos que inconscientemente repetimos. Debemos evitar tics como rascarse cualquier parte del cuerpo, arreglarse las uñas, tocarse las orejas o las comisuras de los labios, ya que son gestos muy desagradables de presenciar para los demás.

    La gesticulación de las manos suele ser una expresión heredada. Por ejemplo, en los países de cultura anglosajona es signo de buena educación no mover las manos al hablar. En cambio, entre los latinos, la gesticulación es usada con más frecuencia. Si no estamos usando las manos, lo correcto es ponerlas sobre el pecho, a la altura de la cintura, o apoyar la derecha sobre la izquierda.

    En la mesa: Espere a que su anfitrión comience a comer. No gesticule con su tenedor o cuchillo.
    Los cubiertos comienzan a utilizarse desde afuera hacia adentro (es decir: se usan primero los que están colocados más lejos de los platos).

    El pan (que se encuentra a su izquierda) se unta con la mantequilla sobre el plato de pan y se troza con la mano.
    Todos cometemos errores. Si por casualidad se cae su cubierto al suelo, no lo recoja, hágale una señal al mozo para que le traiga otro.

    La servilleta se pone en su regazo, se usa antes y después de beber. Si por algún motivo debe levantarse de la mesa, la servilleta debe quedar en su silla, y volver a colocarla en su regazo al sentarse.

    Al terminar de comer, no doble la servilleta. Se toma por el centro y se deja a su izquierda.
    Si por error alguien bebe de su copa (que se encuentra a su derecha), no se preocupe, llame al mozo y pida que le traiga otra.

    Al finalizar de comer, los cubiertos deben quedar sobre el plato en paralelo, con el mango hacia usted. Las púas del tenedor hacia arriba.

    Saber sentarse: La postura no debe ser rígida, tampoco desgarbada. El respaldo de una silla es para apoyar la espalda, manteniendo la columna recta. Los hombres evitarán cruzar las piernas a la altura de las rodillas o separarlas excesivamente. Lo correcto es mantener las piernas verticales, formando ángulo recto con las rodillas. La suela del zapato no debe ser exhibida en ningún momento. En cuanto a las mujeres, y al contrario de lo que muchas puedan pensar, tampoco es bien visto que crucen las piernas a la altura de las rodillas, sí lo pueden hacer a la altura de los tobillos, de esta forma se evita pasar disgustos por la incomodidad del vestido evitando cualquier postura embarazosa para la persona que se tiene enfrente.

    Complementan en www.lasalvacion.com con aquellas faltas que nunca deben cometerse:
    - En la mesa no se usan mondadientes. Si un pedacito de alimento se le ha metido entre los dientes, discúlpese y vaya al servicio a quitárselo. No hay nada más desagradable que una persona limpiándose los dientes con un palillo cuando está sentada a la mesa. Los palillos no deberían utilizarse ni para pinchar los alimentos preparados en un aperitivo (donde se pide que todos los manjares se puedan comer con los dedos, se puedan comer de un solo bocado y no manchen). Sólo pueden aceptarse para unir dos alimentos (por ejemplo tocineta con ciruela).
    - No hay que beber ningún líquido mientras tenga todavía comida en la boca.
    - No se deben escupir los fragmentos no comestibles, huesos, espinas. Hay que sacarlos de la boca (de una forma natural) y dejarlos sobre el plato del cuchillo de la mantequilla, o el propio plato de servicio. 
    - Nunca masticar con la boca abierta.
    - No meter en la boca una nueva cucharada de alimento antes de tragar el que está masticando.
    - No hablar mientras tenga comida en la boca.
    - No utilizar el mantel, la servilleta o cualquier otra tela para limpiar los cubiertos.
    - No jugar con los cubiertos.
    - No mantener la cucharilla en la taza mientras bebe café. Tampoco haga ruido de retintín con la cucharilla cuando disuelve el azúcar en el café.
    - No tratar de alcanzar con las manos todo lo que hay sobre la mesa.
     - No producir chasquidos con los labios mientras se mira alrededor en señal de satisfacción, por mucho que guste el alimento que acaba de ingerir.
    - No probar la comida de otro invitado cogiendo un poco con el tenedor y llevándolo por encima de la mesa como si fuese un avión de juguete. La forma correcta de hacerlo es pasar a esa persona el plato del pan o el de servicio que le han puesto, y pedirle que deposite ahí unas cucharadas o trozos del alimento que quiere probar.
     
    - No desmigajar el pan sobre la salsa.
    - No respaldar en la silla de manera que ésta bascule hacia atrás apoyada en el suelo solamente con las dos patas traseras.
     
    - No empezar a comer hasta que todo el mundo esté servido.
    - No se sirve un nuevo plato hasta que todos los comensales hayan terminado el primero y les hayan sido retirados platos y cubiertos. Por este motivo, no debemos comer ni demasiado rápido ni demasiado lento.
    - No se olvide de dar las gracias cuando le sirvan, tampoco descuide el "por favor" al solicitar cualquier cosa.
    Tampoco el mexicano Francisco Versace quiso quedarse afuera a la hora de aconsejar:
    - No debe apoyar los codos sobre la mesa, le da una imagen de pereza frente a sus acompañantes.
     
    - Nunca debe hablar con la boca llena. Toser, estornudar o sonarse requieren tomar precauciones para hacerlo, pues delante de los comensales causará molestia y repugnancia. Si desea toser, hágalo volteándose de lado (donde no haya persona alguna) tapándose la boca con la servilleta o un pañuelo; si desea estornudar, evítelo oprimiendo su labio superior con el dedo índice; si es necesario sonarse, hágalo girando donde no haya ningún comensal, pero siempre sin ruido. Sobra decir que es desagradable eructar en la mesa (y en cualquier otro sitio) 
     
    - No debe rascarse ninguna parte del cuerpo en la mesa (¡qué desagradable se ve y se escucha el rascar de una persona sobre su cabeza!).
     
    - No debe introducir cubierto alguno, y menos su mano, en plato ajeno (no importa que sea el de su pareja o hermano).
    - La servilleta (de tela), se coloca sobre las rodillas. Jamás la extienda sobre su pecho, aunque lleve puesto un traje sastre Armani de seda (recuerde que ya tiene edad suficiente para andarse preocupando por mancharse el vestuario). 
    - Nunca olfatee los alimentos con ademán explícito, ni los examine cual arqueólogo a una reliquia.
    - No debe soplar sobre la sopa u otra comida ("para que se enfríe").
    - No sorba con ruido la sopa ni los líquidos (aunque estén calientes, no lo haga por respeto a los demás comensales).
     
    - Nunca debe alzar el plato de la mesa mientras esté comiendo (se ve de lo más vulgar alzar el plato para tomar las últimas gotas y con mayor razón beber el caldo del plato).
    - Al terminar la sopa o caldo, deje la cuchara sobre el plato.
    - La carne se corta teniendo el tenedor con la mano izquierda y el cuchillo con la derecha. Debe cortarse pedazo por pedazo y no todo de una vez.
     
    - Nunca introduzca el cuchillo a la boca, ¡recuerde que para esto es el tenedor! Aunque le digan sus conocidos que es costumbre francesa el comer el queso con el cuchillo, caen en un profundo error y falta de educación al hacerlo.
     
    - No debe chupar o roer los huesos (aunque sean huesos de faisán o ancas de ranas).
    - Nunca recoja los restos del platillo con el pan o la tortilla ("aunque esté requete sabroso").
    - Aunque la comida haya estado de-li-cio-sa, no lama el plato (créalo, lo he visto) ni se chupe los dedos.
     
    - No extienda el dedo meñique mientras lleva el vaso o la taza a la boca; en lugar de verse elegante, se verá ridículo.
    - No deje sobre el mantel una excesiva cantidad de trozos de pan, evite ser comparado con un pollo.
    Y, como agregado, deja para el final un bingo de advertencias para no quedar como un palurdo frente a los camareros o meseros:
    - Nunca los tutee ni los llame por su nombre (les puede llamar "señor o joven") ya que se tomarán confianzas con usted.
     
    - Cuando nos sirva cualquier cosa, sea a petición nuestra o por ofrecimiento espontáneo, le "daremos las gracias" en breves palabras.
     
    - Evite llamarlos con ruidos extraños, como si fueran animales (tanto usted como el mesero), ni pegándole al vaso o copa con la cuchara.

    - No utilice la mano para indicar que es suficiente cuando le sirvan vino de la botella, conviene más utilizar el lenguaje hablado.
     

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