FIESTA RELIGIOSA NADA
De fiesta religiosa le queda poco y nada, ya
que se ha convertido en una celebración tradicional de una época del
año.
Conozco gente judía y atea que arma hermosos pinos navideños y festeja en
grande.
Considero que la navidad ha trascendido su origen religioso
para convertirse en una fiesta popular mundial, fenómeno parecido al festejo
del año nuevo. Esto es muy bueno, ya que pocas veces la gente se une a festejar
sin discriminarse por raza, religión,etc.
Muchas personas despotrican contra estas fiestas por
su carácter comercial, que si bien es cierto, creo que no vale la pena
detenerse en eso.
Lo válido, es
la oportunidad que estas fechas presentan para reunir familias y grupos de
amigos que, por la rutina del alocado ritmo de vida que tenemos, no nos resulta
fácil encontrar ocasiones en que todos estemos disponibles para compartir una
mesa y charlar largo y tendido.
Resulta agradable descubrir que la tradición de los
regalos ha perdido algo de inercia.
No hay mal que por bien no venga. La crisis
económica nos golpea, pero a su vez, nos da oportunidades para aprender.
Con orgullo
puedo comentar que conozco muchas familias que se reúnen, y gozan más del
encuentro que lo que de él obtienen.
Compartir con
las personas a quienes queremos puede ser un regalo muy preciado.
Si hubo un Jesús como el que la iglesia cuenta,
seguramente él daría prioridad a la reunión de las personas antes que al rito
en sí...
Una renovada navidad
Si supuestamente la navidad evoca el nacimiento de un
Jesús como “ser” que venía a traer guía para el cambio del ser humano... por
qué no retomar este enfoque pero darle un giro más actual y activo.
¿Acaso no sería
una muy buena oportunidad para recordar el hecho de aquel nacimiento y que inspire
uno nuevo?
Mi propuesta sería mucho más activa que tan solo
recordar un hecho del pasado, siento que sería excelente recordar aquel hecho y
tomarlo como base para renacer hoy mismo, para que finalmente ese cambio
trascendental del hombre llegue, no porque un Mesías llega o porque una
institución lo impone, sino por el simple hecho de que cada persona así lo
necesite y desee.
Los cambios reales no nos llegan de manera externa,
los cambios profundos y perdurables surgen de
las propias necesidades del SER.
Ayer es un recuerdo del pasado.
Ahora soy esto, por ello hoy opino así.
Quién sabe quién seré mañana y que pensaré entonces...
Reflexiones del presente habiendo vivido el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario