LAS PÉRDIDAS
La pérdida
de salud, de trabajo, pérdida de juventud, un divorcio, una infidelidad, la
terminación de una relación de pareja, la pérdida de una
mascota, desórdenes alimenticios, adicciones, una mudanza
o la pérdida de un ser querido, en consecuencia se tiene que comprender el
significado de cada duelo que se experimente y darle un verdadero sentido que
contribuya, a superarlo y obtener el mejor resultado.
¿Cómo nos
podemos ayudar en el manejo adecuado de las perdidas?
Con un
acompañamiento, un abrazo cariñoso.
Hay que
aceptar los hechos...
Las lágrimas
son sanación y limpian el alma: Es importante llorar hacia fuera, y gritar, es
el paso a la recuperación.
Cuando me
enojo, siento coraje, rabia, ira o frustración; para continuar lo mejor es
perdonar para tener paz interior.
Podemos
pactar, por miedo a perder, la familia, la
enfermedad con los bancos.
Cuando se
pierde, algo, como el trabajo u otra cosa, no nos podemos quedar parados
esperando con los brazos cruzados.
Buda decía: El dolor es inevitable, el sufrimiento es
opcional.
¡Vive con
sinceridad y plenamente vive!
Cuando
pasamos por una pérdida, podemos salir fortalecidos.
La perdida
produce dolor hay que enfrentarse al sufrimiento.
La respuesta
ante una mejor vida después de vivir una perdida, es moverse ahora…
¿Quieres
conservarte bien a los 80 años?
¡Muévete ahora!
Has
ejercicio, sino haces ejercicio lo más probable es que termines en silla de
ruedas, con un bastón o una andadera…
¿Quieres tener buena salud?
Cuida tu
alimentación desde ahora, cambia tu régimen alimenticio,
¿Quieres tener paz, tranquilidad
y armonía?
Empieza a vivir así, a generar pensamientos
positivos, cásate con ellos y divórciate de la negatividad y lo más importante:
¡Enamórate de ti mismo!
Todo este
conjunto de acciones forman tu bienestar físico, emocional y social.
Vive de esta
manera porque es la mejor manera de vivir
¡Vive el aquí y el ahora!
y simplemente ¡Vive!
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