Algunos pensamos que debemos de aprovechar para cuidar de nuestros nietos, pero yo creo que más bien lo que habría que hacer es ayudarlos, pero no sustituirlos, pero nunca criarlos, nosotros ya lo hicimos con nuestros hijos, ahora es tiempo de nuestros hijos el criar a los suyos.
Nuestros hijos ya se fueron de casa, o quizás aún tenemos
alguno en casa porque hoy día, como está la economía y las diferentes separaciones
hasta extraño será que no haya algún hijo o más en casa, bien por una cosa u
otra.
De repente si la pareja viven los dos se encuentran con un
problema de estar o permanecer juntos casi todo el día, hacer una vida en conjunto
donde la vida brinda el estar juntos más tiempo.
Podemos plantarnos
realizar un viaje, por tener que estar posponiendo, cuando por una cosa
por otra o como dejar de disfrutar de muchas cosas.
Escribamos, leamos,
aprendamos a tocar el timple o la guitarra, plantemos en nuestro huerto tomates
o papas, vayamos de senderismo o lo que fuera que nos hiciera gozar. Puede ser
un momento de gran creatividad, de replantearnos qué es lo que queremos hacer y
a qué queremos dedicar nuestro tiempo. Para algunas personas, jubilarse supone
sentirse viejos de repente, porque sienten que dejan de ser útiles. Pero para
otros, con actitudes más sanas, supone una gran oportunidad de emprender o
retomar actividades que quedaron apartadas. “Siempre me gustó la carpintería”,
“apuntarme a un coro”, “trabajar en una ONG”, “ir de pesca con mis amigos”. Ahora
mi única preocupación es que mi vecino tenga pendiente y quiera aprender a
tocar la trompeta.
Con los años se aprende a ayudarme con una mano y ayudar con la otra a los demás.
Puerto de la Cruz a 31 de enero de 2015
Miguel Ariza Cabello
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