En aquellos tiempos el pueblo tenía la visita del arzobispo
y aquello era una gran fiesta para algunos porque algunos lo único que nos
proporcionaba era discriminación en la sociedad, ya que unos tenían unos
grandes cirios y otros no teníamos ni para una simple vela.
Desde aquí quiero saludar y presentar mis respetos a
todo el mundo, deseo señalar que mis palabras me han tocado en lo profundo, así que si me
estás leyendo, te pido por favor que no te tomes a mal mis vivencias, ya que no
quiero herir a nadie.
Si algo había aprendido desde que era consciente de lo
que era el dolor, el sufrimiento, el odio… Y todas esas cosas deplorables de la
vida… Cuanto más mal se pasa, más se sufre, más te empujan y te caes… Cuanto
más te apuñalan, te desangras, te rompes poco a poco… Cuando se dejan de contar
las veces que has recogido los trocitos de tu asquerosa existencia para
pegarlos con superglue… En ese momento, cuando ya no quedan más lágrimas, ni
aliento, ni ser… Entonces, sólo entonces, uno se da cuenta de lo que es vivir.
Ahí es cuando se desea con todas las fuerzas ser feliz, querer, aunque te
vuelvas a tropezar. Cuando ya no piensas “Otro día más”, ni “Menuda mierda de
día”… Cuando intentas -intentar, solo eso- ser feliz, y lo aparentas… Intentar
conocer gente, sonreír, olvidar el pasado… No es fachada, es VIDA, esa VIDA que
ansias, que sueñas…
Y es que para comenzar a aprender, a vivir, tienen que
romper tus sueños y tus ilusiones…
Cuando hayas
vivido algo parecido, podrás decir “Qué asco me da”, podrás juzgar y reírte de
tu forma de ser… Divertida, alegre, dicharachera… Entonces, solo entonces
podrás decir cuán triste es tu mirada, que oscuro es ese recuerdo… Así que…
deja de gastar lágrimas y sonríe. Tu vida y tu suerte son mayores que la mía o
la de él… No desperdicies esas oportunidades… Porque el día que sepas lo que él
vivió… Te vas a arrepentir.
Ahora después de haber pasado tantos años que me
resulta casi increíble el paso del tiempo, no he avanzado en nada, ya que la
vida es eso, un reto diario, sobrevivir a todo aquello que se interpone en
nuestro camino. Eso es la VIDA.
Puerto de la Cruz a 22 de junio de 2015
Miguel Ariza Cabello
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