“Gracias… A todos
los que conocimos y olvidamos, a los que nos conocieron y nos olvidaron, a los
que recordamos y nos recuerdan, a los que amamos y ya no, a los que aún
nos saludan cuando los vemos, aunque ya no nos hablemos.”
“Gracias” es una de esas maravillosas
palabras que siempre la guardamos para nosotros. Muchas veces cuando las
personas hacen algo por una damos por hecho que ya agradecimos lo que han hecho
por nosotros, pero no es así, es importante dar las gracias por cada gesto de bondad
que recibimos.
Debemos
estar agradecidos cuando alguien nos llama por teléfono para preguntarnos cómo
estamos. ¿Quién
obliga a una persona llamar a otra? Nadie, sólo lo hacen porque nos quieren y nos
aprecian.
No seamos personas ingratas y sepamos dar las gracias a cualquier
persona que haga algo por nosotros. Un ejemplo muy claro es que cuando vamos a un salón a
tomar un té pagamos la cuenta, rara vez dando las gracias a quien nos estuvo
atendiendo lo mejor que pudo.
Yo siempre
agradezco, hasta a la persona que trabaja en el supermercado y nos muestra el
producto, es un gesto amable y hay que agradecer. Cuando nos despertamos y abrimos los ojos ¿damos las
gracias a Dios por el solo hecho de respirar? Bueno, eso que cada cual lo
responda en su interior.
Puerto de la Cruz,14 de diciembre de 2015
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