LA MUERTE DE UNA MADRE ¿COMO SE SUPERA?
En
la vida existen algunas personas que están ahí de forma incondicional.
Pero pocas personas están ahí tan presentes como una madre que permanece
al lado de sus hijos en los buenos momentos pero también, en los malos,
en la tristeza y en las situaciones de fracaso.
Siempre
se cree que el amor perfecto es el amor de una pareja (el amor de la
chica con su principe azul), Sin embargo, despues de mis estudios como
Coach en Tanatología, creo que la verdadera perfección se muestra en el
cariño generoso de una madre que ayuda a cualquier hijo más allá de la
edad. De hecho, en la actualidad, en un momento de crisis económica,
muchas madres ayudan económicamente a sus hijos, o bien, en cualquier
problema en el que ellos se vean involucrados, la mama está siempre ahi.
Sin
embargo, al igual que un día los hijos se van de casa y abandonan el
núcleo familiar, del mismo modo, toda madre nos dice adiós en algún
momento de nuestro camino. Por ley de vida, la despedida entre madre e
hijo se produce de forma inevitable en algún instante. Lamentablemente,
algunas personas pierden a su madre una edad muy temprana. En este caso,
el sufrimiento aumenta porque es muy difícil asumir a nivel racional
una pérdida tan importante. En un tiempo en que se valora demasiado lo
material y lo económico no existe mayor tesoro que el de aquella mujer
que nos dio la vida.
Para
superar la pérdida de una madre es esencial vivir el dolor. Y vivirlo
de verdad puesto que esa es la única forma de poder procesar el
duelo. Incluso, es importante asumir que la herida no cicatriza del todo
porque el vacío que deja un ser querido no se llena con nada. Al revés,
en ciertos momentos puede hacerse más grande produciendo rabia o
impotencia.
Cuando
un hijo pierde a una madre puede necesitar de la ayuda de un
psicólogo puesto que es importante poder exteriorizar y expresar las
emociones para recuperar el equilibrio a nivel emocional. Pedir ayuda es
esencial cuando uno mismo no puede superar un obstáculo de este tipo.
frontar
la muerte de un ser querido es uno de los escollos más terribles que
tenemos que superar en nuestra vida. Pero siempre es posible encontrar
nuevamente el sentido a nuestra existencia, y seguir adelante. La
autoayuda puede ser muy positiva para afrontar estos duelos.
En
esos momentos en los cuales todas las palabras sobran, también es
posible comenzar a hallar el camino para regresar a la vida. para volver a disfrutar del sol por las mañanas, para reencontrar el sentido a nuestros días. Cuando perdemos un ser querido el duelo nos ciega, y pensamos que ya nada será igual.
La autoayuda puede ayudarnos a comprender que aunque el dolor nos acompañará hasta que nos reencontremos con ese ser en la eternidad, también aquí sigue la vida y debemos encararla con la misma fuerza de antes. Es lo que seguramente desearía ese ser que perdimos y que tanto amábamos.
Lo más importante para superar el duelo por muerte, en primer término, es eliminar los sentimientos de culpa. Cuando perdemos una persona querida sentimos que han quedado miles de cosas pendientes por decir o hacer, que no le hemos dicho suficientemente cuanto la queríamos o que hemos quedado en deuda con ella.
La autoayuda puede ayudarnos a comprender que aunque el dolor nos acompañará hasta que nos reencontremos con ese ser en la eternidad, también aquí sigue la vida y debemos encararla con la misma fuerza de antes. Es lo que seguramente desearía ese ser que perdimos y que tanto amábamos.
Lo más importante para superar el duelo por muerte, en primer término, es eliminar los sentimientos de culpa. Cuando perdemos una persona querida sentimos que han quedado miles de cosas pendientes por decir o hacer, que no le hemos dicho suficientemente cuanto la queríamos o que hemos quedado en deuda con ella.
La
muerte es un escalón natural de nuestra propia existencia. Cuanto antes
lo aceptemos, es más probable que antes sobrellevemos la muerte de
mejor manera, sin llegar a eliminar nunca el sentimiento de ausencia que
una muerte puede desencadenar.
Ya
desde perqueños, comenzamos a tener contacto con la muerte a través de
lo que nos cuentan, de películas, de cuentos o libros, o de lo que vemos
en la televisión… Pero es una etapa en la que apenas somos conscientes
de lo que significa morir. A medida que crecemos se nos va un familiar,
un conocido, un amigo y comenzamos a ver que es una pérdida permanente,
de la que nos cuesta recuperarnos más o menos según la cercanía de la persona que nos ha dejado, cómo haya sucedido la muerte, nuestro carácter y estilos de afrontamiento, la red de apoyo social que tengamos, creencia o religión, experiencias anteriores de duelo, etc. (Factor influen la vivencia del duelo)
Las claves fundamentales para superar el duelo son las siguientes:
- Se necesita tiempo para asumir la pérdida. Para algunas personas será más tiempo que para otras. Necesitamos darnos ese tiempo para hacernos a la idea de la ausencia.
- Es necesario expresar los sentimientos, poder comentarlos con alguien, hablarlo. Necesitamos compartir nuestra experiencia, es también un modo de demostrar lo que sentimos por la persona fallecida.
- Es imprescindible tener una red de apoyo social. Un conjunto de personas, familia o amigos, que nos ayuden a pasar estas etapas, que estén a nuestro lado en momentos de tristeza, o simplemente que nos escuchen.
- Hay que recordar a la persona. No hay que olvidarla, fue parte de nuestras vidas, y deberá seguir siéndolo en nuestros recuerdos. Olvidar no facilita el seguir adelante, hay que recordar para asumir que se ha ido y que se debe seguir caminando.
- Hay que asumir que se debe seguir viviendo. La vida no cesa porque se muera un ser querido. Es más, es muy probable, que a pesar de nuestro dolor intenso, de nuestras ganas de no vivir, habrá personas a nuestro alrededor que nos quieran “vivos” y que nos necesitan a su lado. Esta puede ser una buena razón para arrancar y seguir adelante.
- Es conveniente tener datos de cómo ha ocurrido. Si la persona quiere saber, no hay porque protegerle, puede necesitar esos datos para integrar y asumir el hecho en su vivencia personal. La sobreprotección no siempre es adecuada. Ahora, sí se debe tener claro el adecuar los datos a la edad de la persona. No hace falta recrearse en datos médicos o violentos (por poner dos ejemplos), cuando el que solicita la información es un hijo de 11 años.
- Acudir a las celebraciones y manifestaciones relacionadas con la muerte. Es otra forma de reconocer socialmente la muerte del ser querido. Los demás te apoyan y comparten tu dolor. Son ritos necesarios desde el punto de vista del hombre como ser social.
- Los horarios, rutinas, hábitos y costumbres son buenos aliados. Nos devuelven a la realidad del día a día. No hay que forzarlo tampoco, la persona volverá a ellos o establecerá unos nuevos cuando esté preparada.
- Nuestra forma de llevar el duelo debe ser respetada. Cada uno expresará el dolor de una manera, pasará de unas fases a otras en distintos momentos, tenemos distintos caracteres, vínculos con el difunto… Hay lugar para todos, y el respeto es la mejor opción.
Tenemos
que tener bien presente que el tiempo es necesario para recuperarse y
que hay distintas formas de manifestar el dolor por la pérdida. Teniendo
en cuenta estas dos cuestiones básicas, las demás claves surgen por sí
mismas.
MI MADRE
Ella es mucho más que amiga mía
se parece más a mí que el mismo yo
ella calienta mi motor cuando se enfría
y me levanta cuando caigo de dolor
MI MADRE
Ella es mucho más que amiga mía
se parece más a mí que el mismo yo
ella calienta mi motor cuando se enfría
y me levanta cuando caigo de dolor
Ella no hace nada más ni nada menos
que quererme exactamente como soy
y acompañarme desde lejos y darme valor
eso no es amor es mucho más que amor
Es mi madre
la mujer que dio por mí su propia sangre
y me pario sin miedo es mi madre
esa mujer que me acepto sin conocerme
y solo verme me adoro
eso es mucho más que todo
eso es mucho más que amor
Ella sabe dónde estoy aunque me esconda
y me deja ser tan libre como soy
hace que calle cuando quiere responda
y me responde solo cuando quiero yo
y a veces pienso que la quiero y otras veces no
eso no es amor es mucho mas que amor
Es mi madre
la mujer que dio por mí su propia sangre
y me pario sin miedo es mi madre
esa mujer que me acepto sin conocerme
y solo verme me adoro
eso es mucho más que todo
eso es mucho más que amor
Es mi madre
Puerto de la Cruz, a 20 de diciembre de 2015
que quererme exactamente como soy
y acompañarme desde lejos y darme valor
eso no es amor es mucho más que amor
Es mi madre
la mujer que dio por mí su propia sangre
y me pario sin miedo es mi madre
esa mujer que me acepto sin conocerme
y solo verme me adoro
eso es mucho más que todo
eso es mucho más que amor
Ella sabe dónde estoy aunque me esconda
y me deja ser tan libre como soy
hace que calle cuando quiere responda
y me responde solo cuando quiero yo
y a veces pienso que la quiero y otras veces no
eso no es amor es mucho mas que amor
Es mi madre
la mujer que dio por mí su propia sangre
y me pario sin miedo es mi madre
esa mujer que me acepto sin conocerme
y solo verme me adoro
eso es mucho más que todo
eso es mucho más que amor
Es mi madre
Puerto de la Cruz, a 20 de diciembre de 2015
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