MI TIEMPO
No sabía que regalarte
y te regalé mi tiempo.
No sé si hice lo correcto,
pero siempre pensé
que el tiempo no es oro,
vale más que eso
y no se debe obsequiar a cualquiera.
pero siempre pensé
que el tiempo no es oro,
vale más que eso
y no se debe obsequiar a cualquiera.
Soy una de esas personas raras,
en extinción,
que se oxigena de momentos.
Que
muere con el sol cada atardecer,
que cree en la magia
del “Sueño de una noche de verano”
y se despierta gritando
que quiere ser primavera.
que cree en la magia
del “Sueño de una noche de verano”
y se despierta gritando
que quiere ser primavera.
Alguien que no sabe
si llegará tarde a la vida de los demás
pero se conforma
con tener una cita en la tuya.
si llegará tarde a la vida de los demás
pero se conforma
con tener una cita en la tuya.
Que no cree en los
amores,
sino en los regalos a primera vista,
esos para los que no hay
papel comprado,
porque su envoltorio es lo de menos
y su valor moral lo de más,
esos que tienen la difícil manía
de sacar una sonrisa al otro.
sino en los regalos a primera vista,
esos para los que no hay
papel comprado,
porque su envoltorio es lo de menos
y su valor moral lo de más,
esos que tienen la difícil manía
de sacar una sonrisa al otro.
Te regalo mi tiempo,
tú, por favor,
no me envuelvas tu sonrisa,
que no quiero
tú, por favor,
no me envuelvas tu sonrisa,
que no quiero
que nada te la
estropee.
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