La
manipulación mental, término bastante general, de la dominación en que esta última procura obtener del
individuo o del grupo que se comporte sin consciencia clara del origen exterior
de la sugestión, de la manera prevista por los manipuladores, eventualmente
utilizando violencia. Ciertos gobiernos y regímenes totalitarios, individuos,
grupos y sectas han utilizado o utilizan los métodos de manipulación mental,
asociándolos a veces con violencia física.
De cierta
manera, la manipulación es muy frecuente en las sociedades, democráticas o no,
en el plano profesional, conyugal o familiar porque desde que existe mentira,
omisión o deformación voluntaria de la verdad, se está en presencia de
tentativas de manipulación. Así, a veces se califica de manipuladoras a las
personas que muestran simplemente una aptitud inhabitual para convencer, sin
tener por ello objetivos malintencionados o egoístas
El manipulador
El término manipulador
es susceptible de afectar a individuos de todos los orígenes sociales. El
manipulador puede aparecer como simpático o no, incluso como una víctima.
Parece que cada uno es más o menos manipulador en el curso de su vida.
De acuerdo a
estas definiciones, se pueden distinguir diferentes tipos de manipuladores:
aquellos que utilizan a otros sin remordimientos, con un objetivo narcisista de
poder, de estafa comercial o con mala intención. Pueden apoyarse en la mentira
o en la seducción, incluso en la coacción por la amenaza o la fuerza, o incluso
desestabilizando a su víctima por la doble coacción. La manipulación psíquica
puede ser una de las herramientas de ciertas formas de tortura
Puede
tratarse de un comportamiento entendido como desviado o perverso,
de un desorden de la personalidad, cuyas causas se remontan a la infancia o a
la educación del manipulador, por ejemplo, si él mismo ha sido manipulado por
sus padres o educadores. Los psicólogos se ven frecuentemente confrontados a
comportamientos manipuladores en los sistemas familiares o socio-profesionales.
La
manipulación mental podría ser una forma particular de egoísmo. A menudo el manipulador demanda de los demás
un comportamiento socialmente aceptable, sin adecuarse ellos mismos. Se apropia
de las ideas de otro, intentando inversamente hacer tomar por otro sus propias
responsabilidades. Los argumentos de
un manipulador parecen siempre, a primera vista, lógicos y morales.
Habitualmente, utiliza pretextos tales como que la norma, el «buen
comportamiento» que se debe tener en la sociedad del grupo, sabiendo utilizar
los puntos débiles de los otros, haciendo por ejemplo que se sientan ridículos,
culpables o heridos en su pudor, lo cual los ubica o mantiene en una situación
mental favorable a la manipulación.
La
manipulación mental se apoya de manera recurrente en diversos registros:
- El registro emocional ; el
miedo, la angustia, la vergüenza, el pudor, la timidez, la esperanza, la
necesidad de reconocimiento y de justicia, la confianza, el lazo familiar,
la amistad, la necesidad de amor, el deseo, la conciencia profesional...
son sentimientos que pueden ser explotados por el manipulador.
- La explotación del sesgo
cognitivo por informaciones falsas, las simplificaciones o jerga retórica
y los sofismos o las órdenes paradojales.
- Presiones físicas o psíquicas,
repetidas o continuas, individuales o en una dinámica de grupo que el
manipulador busca controlar.
- El mantenimiento de roles de
tipo ,chivo expiatorio, donde un grupo se convierte en
"perseguidor" de una víctima que el manipulador mantiene aislada
con el apoyo más o menos inconsciente o consciente del grupo.
- El registro de la dominación
que se desarrolla en el miedo y los principios de «recompensa», «castigo»
y de sumisión
Una mala autoestima,
el sentimiento de culpa o de inferioridad vuelven a los individuos en mucho más
vulnerables a la manipulación, así como otros factores o contextos tales como:
Contrariamente
a una idea expandida, un buen nivel de estudios y una buena situación social no
protegen de ciertas formas de manipulación
E manipulador
siempre utiliza sus destrezas en convencer a los demás con sus astucias y hacen
ver a todos que lo que él manifiesta es la verdad y como tal así hay que
hacerlo, pero en el fondo se pretende obtener un puesto, de trabajo,
institucional u otro objetivo pero a favor suya y el de sus amistades.
Dejando a
los demás con el convencimiento que es la mejor forma de hacer las cosas.
El
manipulador una vez conseguido su objetivo no se acuerda de aquellos que
manipulo.
El mal
agradecido es de mal nacido.
Puerto de la
Cruz a 8 de marzo de 2015
Miguel Ariza
Cabello
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