La esclavitud en Tenerife:
Los nativos de estas islas fueron en ocasiones materia de cesión o venta, en especial en la Península. Los conquistadores llegaron a abonar parte de las deudas contraídas durante la preparación y gastos de la conquista con nativos, o más bien, como los que se habían rebelado o presentado batalla, que en Tenerife fueron mayoría, aunque bien es cierto que el conquistador Lugo, traicionando la palabra dada, hizo esclavos también entre los hombres de paz. Recuérdese que el conquistador Alonso de Lugo había pedido, para la conquista, préstamos al duque de Medina Sidonia (Enrique de Guzmán), a los mercaderes genoveses Viña y Palomar, al clérigo mallorquín Angelate, y al comerciante Guillermo de Blanco (comerciante de esclavos), e incluso llegó a empeñar a sus hijos Pedro y Fernando a Inés Peraza para "que le diese sobre ellos batimentos para la dicha conquista". Finalizada la conquista, el duque de Medina Sidonia reclamó la devolución del capital invertido y sus intereses, abonando Lugo con "dineros, esclavos y ganados". A Angelate y a Blanco les entregaría, según lo convenido, "de los esclavos e ganados que ay o se ovieren de los de la dicha conquista a cumplimiento de setenta esclavos e mil e quinientas cabezas de ganado"; a Mateo Viña, treinta y cinco esclavos; a Palomar, ochenta esclavos (Romeu de Armas "Alonso de Lugo en la corte de los Reyes Católicos"); a Suárez de quemada le entregó "catorce o quince esclavos" por haber acudido a Castilla "a concertar la venida de la gente del duque de Medina Sidonia"; al bachiller Soto, le agració con "seys esclavos"; a Diego Maldonado, "otros seys esclavos"; incluso un Mencey, que Viera y Clavijo opinaba era Bencomo, rey de Taoro, fue regalado al embajador de Venecia por el rey Fernando.
Los nativos de estas islas fueron en ocasiones materia de cesión o venta, en especial en la Península. Los conquistadores llegaron a abonar parte de las deudas contraídas durante la preparación y gastos de la conquista con nativos, o más bien, como los que se habían rebelado o presentado batalla, que en Tenerife fueron mayoría, aunque bien es cierto que el conquistador Lugo, traicionando la palabra dada, hizo esclavos también entre los hombres de paz. Recuérdese que el conquistador Alonso de Lugo había pedido, para la conquista, préstamos al duque de Medina Sidonia (Enrique de Guzmán), a los mercaderes genoveses Viña y Palomar, al clérigo mallorquín Angelate, y al comerciante Guillermo de Blanco (comerciante de esclavos), e incluso llegó a empeñar a sus hijos Pedro y Fernando a Inés Peraza para "que le diese sobre ellos batimentos para la dicha conquista". Finalizada la conquista, el duque de Medina Sidonia reclamó la devolución del capital invertido y sus intereses, abonando Lugo con "dineros, esclavos y ganados". A Angelate y a Blanco les entregaría, según lo convenido, "de los esclavos e ganados que ay o se ovieren de los de la dicha conquista a cumplimiento de setenta esclavos e mil e quinientas cabezas de ganado"; a Mateo Viña, treinta y cinco esclavos; a Palomar, ochenta esclavos (Romeu de Armas "Alonso de Lugo en la corte de los Reyes Católicos"); a Suárez de quemada le entregó "catorce o quince esclavos" por haber acudido a Castilla "a concertar la venida de la gente del duque de Medina Sidonia"; al bachiller Soto, le agració con "seys esclavos"; a Diego Maldonado, "otros seys esclavos"; incluso un Mencey, que Viera y Clavijo opinaba era Bencomo, rey de Taoro, fue regalado al embajador de Venecia por el rey Fernando.
Número de esclavos en Tenerife durante el s.XVI y XVII:
Si tomamos La Laguna como pieza de análisis de la mano de Marcos Martín y de Manuela Marrero, vemos que todo parece indicar que éstos (los esclavos) debieron de ser numerosos en esta época. La isla apuntaba cifras del 33,13% de la población, que M.Marrero cree procedían, en especial, de una creciente importación de extranjeros que fueron sustituyendo paulatinamente al esclavo indígena; La Laguna superaba el porcentaje antes señalado, y, como ejemplo, véase como en la parroquia La Concepción, entre 1548 y 1599, de las 222 partidas de bautismo registradas, 137 correspondían a esclavos. La población de La Laguna en 1514, según la más antigua relación o censo conocido, redactado en el mes de octubre con el fin de limpiar La Laguna, de , cuyas aguas se abastecía la villa, aunque incompleta, nos habla de 1580 habitantes y también de 3000, este último número mucho más probable y donde parece se incluían los esclavos o parte de ellos, dado que en este año se censan 1658 esclavos (o sea, más que ciudadanos libres), lo cual sitúa a La Laguna entre las ciudades con más número de esclavos en orden a la población residente. Procedencia de los esclavos y de los comerciantes negreros: El 75% de los esclavos del s.XVI eran negros africanos, siguiéndoles en número los llamados prietos con un 10%, moriscos el 12% y moros el 1%. Los suministradores más importantes eran portugueses, pues al fin, eran ellos quienes controlaban las costas de Africa, abasteciendo de esclavos desde sus factorías de Cabo Verde y Santo Tomé, lo cual hace que la presencia portuguesa en La Laguna fuera relativamente importante. En la relación para la limpieza de La Laguna de 1514, vemos varios portugueses: Juan Alvarez, residente en la Villa de Arriba; a Ximón González y Gonzalo Estévanes con residencia en la calle que va a Sta.María; a Fernando Martín como residente en la calle Sancto Spiritus; a un sastre, portugués, de la calle Rafael Font; a Alfonso Peres; a Francisquianes; a Juan Afonso, a Alonso Ramos; a Fernad Baes; y a Alonso Yanes, como residente en la calle Santa María; todos, o casi todos, mercaderes de esclavos. No obstante lo dicho, no debemos descartar ni olvidar la conquista de esclavos por los propios hispanos en Berbería hasta 1572 en que se prohibió por Real Cédula,
Si tomamos La Laguna como pieza de análisis de la mano de Marcos Martín y de Manuela Marrero, vemos que todo parece indicar que éstos (los esclavos) debieron de ser numerosos en esta época. La isla apuntaba cifras del 33,13% de la población, que M.Marrero cree procedían, en especial, de una creciente importación de extranjeros que fueron sustituyendo paulatinamente al esclavo indígena; La Laguna superaba el porcentaje antes señalado, y, como ejemplo, véase como en la parroquia La Concepción, entre 1548 y 1599, de las 222 partidas de bautismo registradas, 137 correspondían a esclavos. La población de La Laguna en 1514, según la más antigua relación o censo conocido, redactado en el mes de octubre con el fin de limpiar La Laguna, de , cuyas aguas se abastecía la villa, aunque incompleta, nos habla de 1580 habitantes y también de 3000, este último número mucho más probable y donde parece se incluían los esclavos o parte de ellos, dado que en este año se censan 1658 esclavos (o sea, más que ciudadanos libres), lo cual sitúa a La Laguna entre las ciudades con más número de esclavos en orden a la población residente. Procedencia de los esclavos y de los comerciantes negreros: El 75% de los esclavos del s.XVI eran negros africanos, siguiéndoles en número los llamados prietos con un 10%, moriscos el 12% y moros el 1%. Los suministradores más importantes eran portugueses, pues al fin, eran ellos quienes controlaban las costas de Africa, abasteciendo de esclavos desde sus factorías de Cabo Verde y Santo Tomé, lo cual hace que la presencia portuguesa en La Laguna fuera relativamente importante. En la relación para la limpieza de La Laguna de 1514, vemos varios portugueses: Juan Alvarez, residente en la Villa de Arriba; a Ximón González y Gonzalo Estévanes con residencia en la calle que va a Sta.María; a Fernando Martín como residente en la calle Sancto Spiritus; a un sastre, portugués, de la calle Rafael Font; a Alfonso Peres; a Francisquianes; a Juan Afonso, a Alonso Ramos; a Fernad Baes; y a Alonso Yanes, como residente en la calle Santa María; todos, o casi todos, mercaderes de esclavos. No obstante lo dicho, no debemos descartar ni olvidar la conquista de esclavos por los propios hispanos en Berbería hasta 1572 en que se prohibió por Real Cédula,
"porque avemos sido ynformados que algunos
particolares desas yslas van a hazer entradas en Berbería por cobdicia
de traer algunos moros os mandamos que de aquí adelante ni dexeys ni
consintays que ninguna persona vezyna ni natural vaya a la dicha
Verberia..."
; a pesar de ello, Felipe II volvió a conceder
licencias a los vecinos de Gran Canaria para hacer dos entradas al año,
para, finalmente, no ponerles ninguna limitación.
Laguneros propietarios de esclavos:
En el s. XVI se comerciaba en los lugares de Castilla con esclavos, lo mismo que con cualesquiera otras mercancías; los poseedores de esclavos laguneros eran casi siempre personas de las consideradas de calidad o categoría, o por lo menos adineradas. Analizando un grupo de 688 dueños de esclavos nos dan los siguientes resultados:
En el s. XVI se comerciaba en los lugares de Castilla con esclavos, lo mismo que con cualesquiera otras mercancías; los poseedores de esclavos laguneros eran casi siempre personas de las consideradas de calidad o categoría, o por lo menos adineradas. Analizando un grupo de 688 dueños de esclavos nos dan los siguientes resultados:
Entre labradores hay 22 esclavos. Entre industriales (vestido, calzado, madera, etc.) hay 103 esclavos. Entre funcionarios de la administración americana hay 26 esclavos. Entre titulados académicos hay 90 esclavos. Entre soldados, hombres de armas hay 19 esclavos. Entre profesionales liberales hay 70 esclavos. Entre religiosos hay 33 esclavos. Entre comerciantes al por mayor hay 93 esclavos. Entre transportistas hay 6 esclavos. Entre nobles hay 59 esclavos.Partiendo de asientos de diversa procedencia, se podría dar con precisión el nombre de alguno de los propietarios de esclavos de esta época. Como síntesis valgan los siguientes:
"María de Soria, mulata, a quien su dueño, Pedro de Soria, regidor, había dado..".
"Francisco Alarcón, concede la libertad el 6-03-1575 a cambio de 15.000 mrs. A Alarcón, negro de 50 años de edad...".
"Juan, esclavo de Andrés Fonte, regidor, contaba...".
"Hernando, morisco, esclavo de Hernán González de Hinojosa...".
"Juan Alonso, guanche, bautiza a un hijo suyo cuya madre es Juana de Peña, esclava de Leonor de la Peña...".
"Simón Alvares, portugués, hace bautizar a una esclava llamada Juana...".
"Cornieles Van Enden, bautiza a tres criaturas hijas de María, su esclava".
"Pedro Rico, morisco, bautiza a siete esclavos...".
"Malgarida, criada que había sido se Simón Alvarez, hace bautizar a una esclava suya...".
"Baltasar Marrero y María Hernández, recibieron 106 ducados por liberar a su esclava Isabel Hernández, negra, de 40 años de edad...".
"Juan, esclavo de Francisco Pérez de Vitoria...".
"Gaspar, esclavo de Martín Sánchez...".
"Juan, hijo de Tomás Garvin y de Luisa su esclava...".
"Gonzalo Ianes bautiza a su hijo Domingos, fruto de sus relaciones con Isabel, su esclava...".
"Juan Alvarez de Fonseca dueño de Ana..."... etc.
Esclavos tinerfeños:
En relación con los esclavos procedentes de la propia isla de Tenerife, se suponía sólo serían esclavizados aquellos que se opusieron a la ocupación, o sea, los "alçados" en armas, mas, sin embargo, según poder dado por Alonso de Lugo a sus socios en presencia del escribano público y testigos, éstos podrían
En relación con los esclavos procedentes de la propia isla de Tenerife, se suponía sólo serían esclavizados aquellos que se opusieron a la ocupación, o sea, los "alçados" en armas, mas, sin embargo, según poder dado por Alonso de Lugo a sus socios en presencia del escribano público y testigos, éstos podrían
"pedir et demander en juisio a fuera de él e
recibir, e recobrar, en su nombre e para ellos, cualesquier esclavos e
ganados e otras cosas pertenecientes a la dicha conquista, que sean, asy
en poder de doña Veatriz de Bobadilla como de otras cualesquiera
personas, asy dados en guarda e en encomendados o hurtados...".
En cuanto a los esclavos llamados "de las paces", por concesión de la
Corona hecha efectiva en las capitulaciones, pertenecían a don Alonso de
Lugo, y entre ellos se encontraban todos los canarios de Anaga, Adexe, y
Abona; pues bien, el conquistador los repartió con sus socios
poniéndoles la condición de que no podían venderlos fuera de los reinos
de Sus Altezas y que la transacción se hiciera por escritura ante
escribano público y con anotación de precio, lo cual era debido a que
era de temer que, en un futuro próximo (como así sucedió), los Reyes
declarasen libres a los mencionados esclavos y obligasen en 1498 a
devolverles los bienes confiscados.
Tal proceder, en Alonso de Lugo, era de lo más natural, dado que era
conocido como hombre de poca palabra; recuérdese, en la retirada de
Acentejo, cómo cometió la felonía de engañar y cautivar a un buen número
de indígenas auxiliares, vasallos del Mencey de Güimar, aliado suyo que
le proporcionó mantenimientos para el ejército, así como la información
valiosísima de la tierra que se proponía conquistar, y sin que tal
proceder creara problemas a su conciencia, los lleva a Valencia, donde
fueron vistos entre los días 5 al 9 de octubre de 1494 por el alemán
Jerónimo Münzer, y, vendidos en los diversos mercados esclavistas de la
península, lo que confirman los calificativos que él, o sea sobre Alonso
de Lugo se hicieron de "hombre de dudosa solvencia moral y de más
dudosa fidelidad de palabra" (Alonso de Lugo. Consejo Superior de
Investigaciones Científica. Pág.20), lo que reafirma haciendo esclavo
al hijo del rey Bentor de Taoro, para quien Lugo fue irrespetuoso y
desalmado.
Cierto (como dice Valencia Castañeda) es que una Ley de estos reinos, si
no prohibía la servidumbre, a lo menos reconocía ser "contra razón de
natura" y mandaba a los jueces a que ayudasen a la libertad, mas, el
Castilla del s. XVI se comerciaba en los pueblos y ciudades con esclavos
igual que con cualquier otra mercancía; por ejemplo, el 27 de agosto de
1521, Juan Bizcaíno, criado del conde de Benavente, cambió un esclavo
negro y con una señal en el rostro, apreciado en 7.000 maravedís y por
una mula tasada en el mismo valor, Bennassar en su tratado Valladolid en el Siglo de Oro
nos comenta la gran población esclava existente en la ciudad en 1570,
procedente, dice, de entre moriscos fundamentalmente, y luego de negros
de Angola y Mozambique, siendo sus propietarios la nobleza, los
licenciados, corregidores, algunos funcionarios, y empresarios,
artesanos y hasta el propio clero (ejemplo de canónigo de la Catedral de
Santiago, Francisco Estaquero, residente en Valladolid; Santiago López,
canónigo de la Iglesia Mayor, entre otros, poseían uno o varios
esclavos.
Autor: José Alvarez Fernández
Autor: José Alvarez Fernández
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