Es extraña, aunque se la nombra en femenino, es engreídamente bisexual. Suele alojarse en la modestia, cohabita con el orgullo y a veces con la altivez. Nada la intimida. Sufre de una endeble salud con inflamación del engreimiento, pero se repone casi de inmediato con vigorosas artimañas que le otorgan los dobleces. Es una endeble máscara perversa que se mueve en las alturas, en las medias, y en las bajas, en las buenas y en las malas. Es un mal endémico. Cuando entra en crisis se repliega y acecha en compañía de su amante, el odio. Juntos pueden matar o derretirse en la emboscada de una ficción propia.
Puerto de la Cruz a 28 de febrero de 2015
Miguel Ariza Cabello
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