domingo, 15 de febrero de 2015

LOS RICOSCESPAÑOLES NO QUIEREN PAGAR IMPUESTOS



LOS ESPAÑOLES NO QUIEREN PAGAR  IMPUESTOS.  
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PIENSAN QUE SE LO LLEVAN LOS POLÍTICOS                                                                                           

Corruptos pero sinceros

Los artistas, deportistas españoles que trabajan en el extranjero fijan su residencia fiscal fuera de nuestro país, les revienta que el fisco le meta mano en sus bolsillos, es lo que hay.

No pagar a Hacienda es un deporte nacional.

Si los impuestos se destinaran a sufragar los servicios públicos como la sanidad, Educación, cuando escucho que con los impuestos se pagan las obras de las sedes de los  partidos, viajes de los políticos, las tabletas, móviles, los asesores, los aeropuertos sin aviones, las redes del AVE por las que  viajan cuatro gatos, ayudas Cajas de Ahorros que hundieron los partidos con las gestiones lucrativas, las patronales, sindicatos, ayudas a la banca que tienen beneficios cada año.

Si todo esto se paga con nuestro dinero, es normal que escondan su dinero, si saben que el destino que les quieren dar no es el más licitó.

                                                                                                                          Los futbolistas con sus derechos de imagen, las empresas radicadas en Irlanda en paraísos fiscales.

Al final el 30% lo pagan los pobres desgraciados, que no tienen asesoramiento profesional de algún ex inspector de Hacienda (que son los felices propietarios de una gran cantidad de empresas de asesoramiento fiscal) 

En este país quien paga impuestos son los que tienen nómina.

La tabla del profesor Juan rallo, un trabajador que gane 20.100 euros pierde en su salario real unos 4.600 euros que paga por él la empresa a la Seguridad Social. Y luego otros 1.000 que paga directamente el trabajador. Más 1.500 euros de IRPF. Así que el salario real que se mete en el bolsillo después de impuestos son 13.000 euros. Y si a eso se le suma lo que nos gastamos cada año en impuestos indirectos y especiales, que no se ven (gasolinas, alimentos, ocio..., unos 2.100 por persona y año),

El trabajador que debería ganar 20.100 euros termina con apenas 10.900 en su bolsillo. El resto se lo come la solidaridad y los gastos del Estado benefactor. Así que cuando le digan que en España la Sanidad y la Educación son universales y gratuitas, tenemos el derecho a estar enfadados ya que esto lo pagamos con el sudor de nuestra frente.

Razón tiene Juan Carlos Monedero -Billetero lo llama ya la gente, que es muy burlona- cuando dice en su nuevo libro que no es fácil ser decente en un mundo indecente. Ese joven y prometedor político de Podemos, por ejemplo, ganó medio millón de euros al año asesorando a algunos Gobiernos sudamericanos y Hacienda ha terminado merendándose casi la mitad de la pasta que cobró. Así que ahora va a tener que vivir entre estrecheces sólo con un cuarto de millón de euros. Eso le pasa por hablar.

Si el padre de familia no da ejemplo, el resto de la familia, hace lo que ve.

El delito de defraudación tributaria


Según el artículo 305 del Código Penal, comete este delito aquel que, por acción u omisión, defrauda a la Hacienda Pública, siempre y cuando el importe sea superior a 120.000 euros. El delito de defraudación es un delito doloso, nunca culposo, es decir, existe consciencia y voluntad de infringir la norma.

Puerto de la Cruz a 15 de febrero de 2015

Miguel Ariza Cabello

 

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